Mama Antula: fiesta litúrgica donde descansan sus restos
- 8 de marzo, 2024
- Buenos Aires (AICA)
La misa fue presidida por el obispo emérito de San Rafael, Mons. Eduardo Taussig, en la basílica de La Piedad. "Mama Antula supo descubrir y abrazar el misterio de la cruz del Señor", aseguró.
El obispo emérito de San Rafael, monseñor EduardoTaussig, presidió el 7 de marzo la misa por la primera fiesta litúrgica de la santa Mama Antula, canonizada por el Papa Francisco el 11 de febrero pasado, en la basílica porteña de Nuestra Señora de La Piedad, donde descansan los restos de la nueva santa.
Concelebraron la Eucaristía, el párroco, presbítero Raúl Laurencena, y sacerdotes de otras parroquias vecinas. Participó un gran número de devotos de la primera santa argentina, que llegaron desde diversos puntos de la ciudad. También estuvieron presentes las periodistas Cintia Suárez y Nunzia Locatelli, autoras del libro Mama Antula la primera santa de Argentina.
En la homilía, monseñor Taussig recordó: “Hemos venido como devotos de Mama Antula, a honrar a la primera santa mujer argentina”. En ese contexto, el prelado recordó una experiencia personal cuando realizó por primera vez ejercicios ignacianos en la Santa Casa de Ejercicios y con tan solo 15 años.
“Allí -comentó- le impresionó tanto la cruz de Mama Antula como el bastón y el estandarte, su hábito negro, sufrido y casi raído que se conservaba; y el hecho de que ella hubiera caminado descalza para difundir los ejercicios ignacianos”. “
"Me impresionó mucho que una mujer hubiera tenido la valentía y la fuerza para hacerse ese largo viaje con ese objetivo y con los magníficos frutos que irradiaba en quienes después serían nuestros próceres, como Cornelio Saavedra, Manuel Alberti, Manuel Belgrano, entre otros”, manifestó.
Monseñor Taussig aseguró que la cruz de Mama Antula era “sencilla y austera, como era su vida, su descanso, su vestimenta. Una cruz elocuente que la identificaba y la llevaba a su tarea de difundir los ejercicios de san Ignacio de Loyola. Una cruz que la sostenía cuando pasaba hambre y mendigaba, cuando la burlaban o menospreciaban, una cruz que le abría puertas cuando todos se la cerraban”.
“Esta benemérita iglesia, hoy muy céntrica, cerca del Congreso de la Nación; pero en aquella época en las periferias o los arrabales de la ciudad, fue la primera que la acogió y le abrió sus puertas para protegerla y hoy acoge sus restos mortales por propia voluntad de la santa”, destacó.
Tras preguntar: “Por qué fue grande Mama Antula, tan valiente, misionera, sabia y consejera. Por qué fue santa y nos acoge en su fiesta para mostrarnos un camino y ayudarnos a recorrer", respondió: "Podemos decir que es porque supo descubrir y abrazar el misterio de la cruz del Señor”.
“Nosotros queremos caminar con Jesús acogiendo las palabras de su martirio, tomar la cruz y seguir. Cada uno de nosotros tiene y trae sus cruces. La cruz fue fuerza y sabiduría de Dios para seguir el camino de Jesús”, enfatizó.
Finalmente, subrayó: “Presentemos ante Jesús nuestras vidas, nuestros corazones, las preocupaciones, nuestras cruces. Pidámosle a la santa que nos ayude a reconocer la cruz de Jesús, que nos ayude a caminar fervientemente hacia la Semana Santa, que nos ayude siempre a que nuestra cruz sea nuestro bastón y fortaleza. Mama Antula nos muestra el sendero, nos da el ejemplo para que lleguemos hacia el cielo”.
Luego de la Eucaristía se descubrió la placa del nombramiento oficial de Mama Antula como doctora honoris causa por la Universidad de Santiago del Estero.+