Miércoles 25 de diciembre de 2024

Pesar por el fallecimiento del Pbro. Rubén Eduardo Francisco

  • 1 de agosto, 2024
  • San Martín (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de San Martín, Mons. Martín Fassi, presidió el 30 de julio la misa exequial en la catedral Jesús Buen Pastor. De la misa participaron sacerdotes, diáconos y fieles de la comunidad.
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El obispo de San Martín, monseñor Martín Fassi, presidió, el martes 30 de julio, la misa exequial por el presbítero Rubén Eduardo Franciscoque "vivió para Dios en los hermanos y fue un auténtico servidor bueno y fiel".

De la celebración, participaron sacerdotes, diáconos y la comunidad de la catedral Jesús Buen Pastor, donde el padre Francisco colaboraba. Sus restos descansan ahora en la cripta de ese templo.

El padre Rubén Eduardo Francisco nació el 16 de enero de 1949 en la Ciudad de Buenos Aires. Hijo de Nilda Fernández (argentina) y Marcelino Francisco (español), su familia estuvo compuesta, además, por dos hermanos, un varón y una mujer, ambos fallecidos también.

Fue bautizado en la parroquia San Rafael Arcángel, de la ciudad de Buenos Aires. Desde temprana edad, sintió el llamado al sacerdocio y, a los 14 años, entró en el Seminario Menor de Villa Devoto. Continuó sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de Rosario, y fue ordenado presbítero por monseñor Manuel Menéndez en el santuario Nuestra Señora de Lourdes, en Santos Lugares, el 20 de diciembre de 1975.

Siendo aún muy joven, lo sorprendió una dura enfermedad que condicionó toda su vida. Junto a esa llegaron otras, que paulatinamente lo fueron afectando y limitando; él las supo llevar con aceptación y serenidad.

Por muchos años, estuvo viviendo en el hogar de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, en Luján. Solía regresar los fines de semana a la catedral Jesús Buen Pastor, donde colaboraba y compartía con sus hermanos sacerdotes, entre otros con monseñor Pedro Estela Roberto Di Francesco.

Desde enero de 2019, vivió en el Hogar San Gabriel, en la localidad de Caseros, donde se sintió muy cómodo y encontró su lugar.

Designado por el obispo anterior de San Martín, Miguel Ángel D´Annibale, y luego confirmado por monseñor Martín Fassi, el diácono Aníbal Peñaloza lo acompañó a lo largo de estos años, con mucha atención y delicadeza fraterna. No le faltaron tampoco visitas de sacerdotes y laicos.

En la fragilidad, amó y vivió plenamente su sacerdocio con mucha fe, aceptando sus contradicciones no de palabra o como un clásico estribillo, sino con profundidad, encarnándose eb esta verdad: "Que se haga la voluntad de Dios".

En el Hogar, celebraba la misa periódicamente y administraba la Unción a los enfermos. Preparó a una mujer de 91 años para el Bautismo y a un hombre, también mayor, para la Comunión; rezaba el rosario e invitaba a hacerlo. Repartía entre los demás internos un librito con las oraciones iniciales y se las enseñaba a aquellos que no las conocían. Era, así, muy querido por sus compañeros del Hogar.

Entre otras responsabilidades pastorales, cuando la salud lo acompañó, fue vicario parroquial en Nuestra Señora de la Merced, de Caseros, y en la catedral Jesús Buen Pastor, y vicario sustituto en San Francisco de Asís, como así también capellán de algunas congregaciones femeninas.

Falleció el lunes 29 de julio de 2024. +