Viernes 15 de noviembre de 2024

Mons. Ñáñez: "El Reino de Dios es un don, un regalo"

  • 23 de septiembre, 2020
  • Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, celebró la misa del 25º domingo del tiempo ordinario en la parroquia El Señor del Milagro y Virgen del Rosario del Milagro.
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El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, celebró la misa del 25º domingo del tiempo ordinario en la parroquia El Señor del Milagro y Virgen del Rosario del Milagro, de la ciudad de Córdoba.

En su homilía, el prelado reflexionó sobre el Evangelio de la parábola del viñador y aclaró que “las parábolas no pretenden decir todo acerca de todo, sino que son un disparador”. “El tema de esta parábola es el Reino”, afirmó y lo definió como “un don, un regalo, la cercanía e intimidad de Dios con nosotros. El reino no es una conquista del hombre, sino un regalo de Dios”.

Al explicar la parábola, el arzobispo dijo que el dueño de la viña “es el más bondadoso”. Y agregó que sucede a veces que “los pensamientos de Dios no son como los pensamientos de los hombres”. 

“Antes que nosotros vayamos a buscarlo, el Señor viene a nuestro encuentro”, dijo monseñor Ñáñez recordando las palabras del papa Francisco: “Dios siempre nos primerea”, y añadió que la misma actitud toma el dueño de la viña.

El Señor es aquel que “da siempre con generosidad y no se cansa de ser bueno”, expresó; y continuó diciendo que “esta parábola tiene que interpelarnos, porque a veces nosotros en la experiencia de vida cristiana, podemos proceder como un alma mercenaria. El mercenario no siente la causa, sino que está en ella solo por la parte. Pero aquí se trata de algo más que la causa. Estamos por Jesús, por su reino”.

“Esta parábola tiene que ayudarnos a descubrir que lo bueno de la vida cristiana es estar cerca del Señor;  mi vida cristiana es un regalo que el Señor me ha hecho. Haberme encontrado con Jesús, tener amistad con Él, es lo mejor que me pasó en la vida”. 

Al concluir, el arzobispo habló sobre las recientes fiestas del Señor del Milagro y Virgen del Rosario del Milagro, en Salta, y animó a exclamar: “¡Tú eres nuestro y nosotros somos tuyos!”.+