Mons. Ñáñez dio gracias por sus 50 años de ministerio sacerdotal
- 19 de julio, 2021
- Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba aseguró que durante estos años intentó "testimoniar y anunciar el Evangelio", con sus características personales, límites y fragilidades. Saludo especial del Papa.
El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, dio gracias por sus 50 años de ministerio sacerdotal con una misa el sábado 17 de julio en la capilla del colegio “Obispo Caixal”, de las Hermanas de la Sagrada Familia de Urgel, que fue transmitida a través del canal de YouTube Arquidiócesis de Córdoba.
Concelebraron los obispos auxiliares Pedro Torres y Ricardo Seirutti; los vicarios presbítero Pablo Nassif y presbítero Roberto Giardino y el superior de la Orden de la Merced, Fray Pablo Ordoñe OdeM. Asimismo, participaron unos pocos familiares del arzobispo, debido a las restricciones por la pandemia.
Monseñor Ñáñez aseguró que su sentimiento era “de asombro y de admiración” por poder celebrar la misa de cada día, al considerar la obra realizada por el Señor en su vida y también por “la obra que a través de mi ministerio me ha permitido realizar y me permite seguir llevando adelante”.
Tras los agradecimientos de rigor, hizo un balance destacando que lo que intentó hacer en estos años de ministerio fue “testimoniar y anunciar el Evangelio, con mis características personales, mis límites y fragilidades. Lo logrado es ciertamente obra del Señor”.
“Pido perdón al Señor y su Iglesia por lo que no supe o no me animé a hacer; por las veces que no supe o no terminé de animarme a reflejar el evangelio en mi vida de discípulo y de pastor, y si perjudiqué u ofendí a alguien, le pido perdón de corazón. El apóstol san Pablo nos acaba de ilustrar sobre la maravillosa reconciliación obrada por Dios en Cristo Jesús. Ha derribado los muros que separaban a judíos y no judíos. Es una invitación apremiante a obrar la reconciliación entre nosotros, en nuestra Patria, superando diferencias, enfrentamientos u ofensas”, expresó.
En cuanto a cuál es su propósito de ahora en más, monseñor Ñáñez manifestó: “Quiero ofrecer mi servicio y disponibilidad a la Iglesia en donde el Señor me indique”. Además consideró como “una gracia particular” que el Señor le concedió haber podido participar de la canonización de san José Gabriel del Rosario Brochero, patrono del clero argentino, y de las beatificaciones de la Madre María del Tránsito Cabanillas, fundadora de las Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas; de la Madre Catalina de María Rodríguez, fundadora de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús; de Mons. Enrique Angelelli, antiguo obispo auxiliar de esta Arquidiócesis, y sus compañeros mártires.
“Como ‘broche de oro’, si Dios quiere, participaré de la próxima beatificación de Fray Mamerto Esquiú, antiguo obispo de Córdoba, a concretarse el próximo 4 de setiembre, en la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca”, señaló.
“María Santísima ha estado siempre presente en mi vida. En los diversos santuarios que he recorrido en mi vida y en sus diversas advocaciones me he encomendado siempre a Ella; como niño, adolescente, seminarista, sacerdote y obispo. Su ayuda, junto a la de su esposo San José, ha sido decisiva en mi vida. A ellos, a María y a José, y a todos los santos cordobeses me encomiendo nuevamente y los encomiendo a todos ustedes, queridos hermanos, para que juntos alcancemos la meta que nos trazaba el apóstol san Pablo: ser santos e irreprochables en la presencia de Dios, lo cual el Señor con su gracia nos lo conceda”, concluyó.
» Texto completo de la homilía
Carta de Francisco
El papa Francisco envió un saludo especial a monseñor Ñáñez por sus bodas de oro sacerdotales:
Al Venerable Hermano CARLOS JOSÉ ÑÁÑEZ Arzobispo Metropolitano de Córdoba en Argentina al celebrar las bodas de oro de su ordenación presbiteral, lo felicitamos por su prolongado celo pastoral ejercido diligentemente en las funciones propias de un espíritu agradecido, en su comunidad eclesiástica nativa de Córdoba y en la diócesis de Tucumán, y por la obra realizada con solicitud en pro de la salud de las almas y distinguida por el cuidado de la grey de Dios, con la cual se esforzó en su asiduo y sabio ministerio por Cristo y en favor del bien de su Iglesia, intercediendo con caridad por el pueblo de Dios y nutriéndolo con su palabra. Al darle los mejores augurios impartimos con gusto Nuestra Bendición Apostólica a él, a su clero, a sus fieles y a sus familiares, pidiendo oraciones por Nuestro ministerio Petrino. Dada en Roma, en el Palacio de Letrán, el día 24 de junio de 2021. Francisco.+