Mons. Martínez: "El don del sacerdocio"
- 4 de agosto, 2021
- Posadas (Misiones) (AICA)
El obispo de Posadas afirmó que se necesitan sacerdotes que "vivan con radicalidad su vocación y busquen el camino de la santidad" al recordar que "la tarea de pastor es indispensable e insustituible"
El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, reflexionó sobre la santidad y el don sacerdotal tomando como ejemplo la vida de San Juan María Vianney, conocido como el Santo Cura de Ars, cuya fecha litúrgica es el 4 de agosto.
“La Iglesia siempre ha propuesto ejemplos o modelos a imitar, enseñándonos que la santidad es posible. A algunos les puede parecer poco interesante reflexionar sobre la santidad, y sin embargo como consecuencia de esta omisión de ideales y la ausencia de hombres y mujeres comprometidos y con deseos de santidad, nos ha llevado a encontrarnos en esta época con una profunda crisis de valores, sumergidos en el reino de la mediocridad”, advirtió en su carta semanal.
El prelado posadeño explicó que su intención al poner al Santo Cura de Ars como ejemplo era “resaltar que la Iglesia quiso que este hombre santo fuera el patrono de los sacerdotes que trabajan especialmente en las parroquias”.
“Creo que es una buena oportunidad para que recemos por nuestros sacerdotes, que con sus dones y limitaciones humanas, buscan dar su vida para evangelizar, para servir a Dios y a sus hermanos”, consideró.
Monseñor Martínez aseguró que se necesitan “sacerdotes y consagrados que vivan con radicalidad su vocación y busquen el camino de la santidad”, al señalar que “la tarea de un pastor es indispensable e insustituible”.
“Es el que da su vida sin reservas para evangelizar a sus hermanos, para alimentarlos en la fe, con la Palabra, los sacramentos, el pastoreo y con la animación de la caridad hacia los más pobres. La misa diaria que celebra el sacerdote expresa el sentido de su vida, identificándose a Jesús que se ofreció en la Pascua, para salvar a todos”, puntualizó.
“Hoy más que nunca es clave el llamado a todos los cristianos y especialmente a los sacerdotes, a donar la vida por los demás. La Pascua, celebrada en cada misa, sigue siendo una respuesta salvadora y sanante, en un contexto demasiado individualista donde a veces lamentablemente también encontramos odio a la fe y persecución a los cristianos”, agregó.
“Nuestra diócesis tiene un gran crecimiento poblacional y sabemos que los sacerdotes somos insuficientes para una atención más adecuada. La oración y el cuidado de nuestros sacerdotes, el rezar por las vocaciones y por nuestros seminaristas será fundamental para el futuro evangelizador de los próximos años”, concluyó.+