Viernes 15 de noviembre de 2024

Mons. Martínez: "Disponibilidad para la misión"

  • 13 de octubre, 2020
  • Posadas (Misiones) (AICA)
"Dios continúa buscando a quien enviar al mundo y a cada pueblo, para testimoniar su amor, su salvación del pecado y la muerte, su liberación del mal", subrayó el obispo de Posadas.
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El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, continuó reflexionando sobre el mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones que este año tiene por título: “Aquí estoy, ¡envíame!”.

El prelado consideró que la disponibilidad interior es muy importante para poder responder a Dios: ‘Aquí estoy, ¡Señor, envíame!” y subrayó: “Esto no en abstracto, sino en el hoy de la Iglesia y de la historia”.

“Comprender lo que Dios nos está diciendo en estos tiempos de pandemia también se convierte en un desafío para la misión de la Iglesia. La enfermedad, el sufrimiento, el miedo, el aislamiento nos interpelan. Nos cuestiona la pobreza de los que mueren solos, de los desahuciados, de los que pierden sus empleos y salarios, de los que no tienen hogar ni comida”, puntualizó.

“Ahora, que tenemos la obligación de mantener la distancia física y de permanecer en casa, estamos invitados a redescubrir que necesitamos relaciones sociales, y también la relación comunitaria con Dios”, sostuvo, y agregó: “Lejos de aumentar la desconfianza y la indiferencia, esta condición debería hacernos más atentos a nuestra forma de relacionarnos con los demás”.

El obispo recordó que “la oración, mediante la cual Dios toca y mueve nuestro corazón, nos abre a las necesidades de amor, dignidad y libertad de nuestros hermanos, así como al cuidado de toda la creación”.

“La imposibilidad de reunirnos como Iglesia para celebrar la Eucaristía nos ha hecho compartir la condición de muchas comunidades cristianas que no pueden celebrar la misa cada domingo”, puso como ejemplo.

En este contexto, monseñor Martínez afirmó que “la pregunta que Dios hace: ‘¿A quién voy a enviar?’, se renueva y espera nuestra respuesta generosa y convencida: ‘¡Aquí estoy, ¡envíame!’”.

“Dios continúa buscando a quién enviar al mundo y a cada pueblo, para testimoniar su amor, su salvación del pecado y la muerte, su liberación del mal”, concluyó.+

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