Mons. Larregain: 'Mi designación me sorprendió'
- 14 de octubre, 2024
- Corrientes (AICA)
En diálogo con la radio del Arzobispado, el actual arzobispo coadjutor de Corrientes se refirió a su designación como sucesor al frente de la arquidiócesis, junto con los desafíos que lo esperan.
El arzobispo coadjutor de Corrientes, monseñor Adolfo Larregain OFM, fue entrevistado el viernes 11 de octubre por la radio del Arzobispado local, momento en que se refirió a su designación como sucesor del actual arzobispo, monseñor Andrés Stanovnik OFM Cap, a los desafíos que día a día se presentan en ese extenso territorio, al camino de la Iglesia, a las comunidades más necesitadas, a la evangelización digital y a la búsqueda de la verdad más allá de cualquier circunstancia.
Respecto a su designación como arzobispo coadjutor, señaló: "Me sorprendió; si bien era una posibilidad, me sorprendió, porque normalmente se suele enviar a otro lado a los auxiliares y se designa como arzobispo a alguien con mayor experiencia, con otra trayectoria".
Recordó asimismo cuando, en 2020, llegó a Corrientes y cómo debió conocer el territorio: "A mí me llevó prácticamente dos años identificar las parroquias, cómo llegar a cada parroquia de la ruta, o qué camino había que hacer en la ruta para ir a un paraje o visitar una comunidad. Hoy voy sin ningún problema, pero al principio tuve que aprender".
"Lo lindo de eso -resaltó- es que mucha gente te comenta una situación y tal vez uno no vuelve hasta dentro de un año, pero uno los recuerda, le pregunta cómo le fue con tal tema, pequeñas cosas que hacen a la cercanía, hacen a la humanidad".
Rememoró también sus inicios en la orden franciscana, donde "mi ideal era ser hermano y no sacerdote". "En la orden se tiene esa gracia, se ingresa para ser consagrado y ser consagrado puede ser como clérigo o no, y para eso ingresé yo, para ser un fraile. Después, en diversas etapas, fui descubriendo, por discernimiento personal, de la comunidad formativa e institucional, que podía solicitar los ministerios".
Manifestó también que el consagrado "es importante por lo que es y no por lo que hace, y por lo tanto, la vida comunitaria, la vida fraterna, la vida hacia dentro de la comunidad, está en primer lugar, con la oración y el compromiso. Luego vendrá el apostolado y el servicio; hay muchos frailes que se dedican a diversas tareas que van desde trabajos manuales, simples y sencillos, a trabajos profesionales, académicos, la docencia, entre otras tantas actividades".
Ante este nuevo desafío que se le presenta, aseguró que "es una mayor responsabilidad que se tiene. En realidad, algo nuevo no hay; es continuar con lo mismo, con los desafíos que nos va presentando la Iglesia en estos tiempos, que en este momento son tres los que vienen a mi mente: la sinodalidad, el jubileo y lo que es la segunda asamblea diocesana".
Con respecto a la evangelización a través de los medios digitales, el prelado manifestó que es algo "fundamental, maravilloso y extraordinario", y -dijo- que hay un "gran desafío sobre el analfabetismo de estas cosas, respecto de las cuales hoy hay que saber manejarse".
El arzobispo coadjutor se refirió también a la frase evangélica 'La verdad los hará libres', y afirmó que -como fundamento de todo buen comunicador- "con asumir la verdad se puede llegar al fondo de las cosas, a la transformación, al cambio, a la sanación y la liberación".
Recordó además su acompañamiento durante varios años con la Renovación Carismática Católica (RCC) de la diócesis de Villa de la Concepción del Río Cuarto y de Merlo-Moreno: "Las misas carismáticas llevan su tiempo, son cosa seria, exigen casi una dedicación exclusiva, porque implican ser carismático, no hacerse o parecerse. Es una pastoral que lleva dedicación exclusiva, porque la gente que pasa por distintas situaciones necesita ser escuchada, acompañada y atendida".
También se refirió a su lema episcopal, 'Nosotros somos testigos', que se relaciona con aquella experiencia con la RCC: "Tiene mucho que ver. El testimonio solamente lo puede dar alguien que ha tenido experiencia, alguien que vio, que tocó, que estuvo. No cualquiera es testigo", subrayó.
Finalmente, monseñor Larregain agradeció la entrevista y envió un saludo a la comunidad, alentándola a seguir caminando para llevar la Palabra a cada rincón del la arquidiócesis correntina.+