Mons. Gonzalez visitó el colegio Esquiú de City Bell
- 14 de septiembre, 2021
- La Plata (AICA)
El obispo auxiliar de La Plata animó a la comunidad del colegio a caminar tras las huellas del beato y motivar "una identidad y un espíritu" que enriquezca la vida de los estudiantes.
Monseñor Jorge E. González, obispo auxiliar de La Plata, presidió la eucaristía en el colegio dedicado a Esquiú en City Bell. En las palabras dirigidas a los integrantes de la comunidad educativa, resumió la vida del beato y mencionó que Mamerto Esquiú entregó su alma al cielo el 10 de enero de 1883, pero su nombre nunca ha desaparecido: “Al contrario, su nombre se multiplica. Cada vez son más las instituciones, avenidas, calles, plazas, monumentos, departamentos, escuelas, edificios oficiales, estampillas de correos o galerías de arte que llevan su nombre”, destacó el obispo.
En cuanto a esto, recordó alegremente que “aquí en City Bell tenemos el primer secundario del pueblo, que lleva su nombre y lo tiene como patrón. Lo mismo que el Instituto Superior que forma maestros y maestras”.
Además, el prelado invitó a reflexionar sobre qué nos dice hoy la figura de Fray Mamerto y qué significa que la Iglesia lo haya declarado beato. En primer lugar, señaló que el fraile argentino “nos recuerda el llamado a la santidad” porque “no se olvidan las personas que trabajan en serio por su pueblo, que dan su vida por los demás y que, como Jesús, pasan por este mundo haciendo el bien”.
También, el beato “nos señala el valor de la humildad y de la superación” porque “siendo niño tuvo que vivir y superar momentos muy difíciles: pobreza, enfermedades, la pérdida de sus seres más queridos a muy corta edad. Pero su fortaleza de espíritu, su confianza en sí mismo y su fe en Dios, lo hicieron vencer esas dificultades”, manifestó.
El obispo observó que estos rasgos de superación y humildad que tuvo el fraile influyeron en la elección del nombre del colegio. Esquiú es “un ejemplo concreto para tantos de nosotros que hoy quizá nos sentimos abatidos por distintos problemas, vacíos y desorientados frente a las realidades de este tiempo que nos toca vivir”, analizó.
Además, señaló que el propio Mamerto “nos enseña, anticipadamente, lo que tanto insiste el papa Francisco: ‘El todo es superior a la parte y la unidad prevalece sobre el conflicto’”.
En ese sentido, observó que “en estos días cuando escuchamos tantas palabras, cuando la palabra se devaluó tanto, surge espontáneamente la necesidad imperiosa de unir lo que decimos con lo que hacemos, lo que pensamos y sentimos con lo que obramos, la fe con la vida”.
A partir de esto, añadió la importancia de “trabajar por la paz, jugarnos por construir la amistad social, apostar por la comunión en las diferencias, ampliar la mirada para reconocer un bien mayor que nos beneficiará a todos. Quizá con otras palabras, a esto exhortaba el predicador Esquiú”.
Y valoró que “la figura de Fray Mamerto Esquiú se agiganta, su importancia crece y, hoy más que nunca, necesitamos estilos de vida distintos, necesitamos conocer e imitar vidas como la de Esquiú. Y, además, ahora como beato, precisamos tener su nombre en nuestros labios para rogar, por su intercesión, a nuestro Dios por nuestra querida Argentina”.
Para finalizar, recordó a todos los presentes que "ustedes son 'del Esquiú'” y “caminar tras sus huellas, debe ser parte del ideario institucional que anime y motive una identidad y un espíritu que enriquezca la vida de los chicos y chicas durante los años de su permanencia en el colegio”.+