Mons. Braida en el Sínodo: "Los jóvenes reclaman mayor cercanía y escucha empática"
- 11 de octubre, 2018
- Ciudad del Vaticano
Entre el 3 y el 28 de octubre, se está desarrollando en Roma la XV Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes. Entre los obispos argentinos que participan como padres sinodales, monseñor Dante Gustavo Braida, obispo auxiliar de Mendoza y miembro de la Comisión Episcopal Apostolado de los Laicos y Pastoral Familiar, en el área juventud, brindó a AICA su testimonio e impresiones sobre el primer bloque de trabajo.
Concluido el primer bloque de trabajo del Sínodo sobre los jóvenes con el tema "Reconocer la condición juvenil", monseñor Braida describió la Asamblea en un clima fraterno, con "disposición a encarar todos los temas que sean necesarios", lo que, afirmó, "genera esperanza para la eficacia del acompañamiento juvenil". "Los obispos percibimos con claridad que hace falta dedicar mas tiempo al mundo juvenil", indicó el prelado. "Los jóvenes reclaman una mayor cercanía de la Iglesia y una escucha más empática, que permita una mejor comprensión de su realidad", agregó, y reconoció que "se dio un buen paso al respecto".
El obispo auxiliar de Mendoza señaló que "se conversó sobre diversos temas que afectan hoy a los jóvenes en todas partes del mundo: las migraciones, el diálogo entre generaciones, la dimensión afectiva y sexual, la relación con el mundo digital". Asimismo, se asumió la importancia del arte, la música, el deporte y el mundo educativo, como "ámbitos privilegiados para el acompañamiento", ya que el joven pasa muchas horas de su vida en esos ámbitos.
Una de las conclusiones del primer bloque de trabajo -comentó a AICA monseñor Braida- fue "asentar la confianza en los jóvenes". Del mismo modo, reconoció que, entre los padres sinodales "se ve un aprecio muy grande por el mundo juvenil y un deseo de que el joven se sienta parte de la Iglesia y tenga un mayor protagonismo".
Al mismo tiempo, el prelado describió "cierto temor" por la falta de comprensión en los cambios intergeneracionales; pero con un "compromiso por involucrarnos, aprender lo que no sabemos, arriesgar, esperar y buscar nuevos caminos para el acompañamiento del mundo juvenil", agregó.
Sobre algunas preocupaciones que surgieron entre los obispos, monseñor Braida enumeró: los límites en la capacidad de escucha, el cambio de época, las nuevas costumbres, el uso de las nuevas tecnologías. También preocupan los jóvenes en situación de fragilidad, de desamparo, de pobreza y de marginalidad. Sobre esta realidad el prelado aseguró que "el desafío es cómo presentar a Cristo como fuente y plenitud de vida en un joven que vive en estas realidades".
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El responsable del área juventud del episcopado argentino señaló, además, que durante las jornadas en el aula sinodal, se propuso la creación de un "Consejo Pontificio para los Jóvenes", que, "si bien no se definió en que consistirá", monseñor Braida lo describió como "un espacio que se ocupe de observar las realidades juveniles en los distintos puntos del planeta, de determinar desafíos y generar propuestas pastorales".
Sobre la participación del papa Francisco durante el Sínodo, el obispo auxiliar de Mendoza la describió como "en una escucha atenta, muy activo, presidiendo los plenarios, con disposición. En cada exposición toma notas y luego hace alguna intervención, da sus impresiones. Además, tiene una cercanía con los participantes: llega a la entrada media hora antes y recibe a todos. El tiempo de descanso lo comparte como uno más," sostuvo.
Al mencionar el tema de los recientes abusos sexuales en el seno de la Iglesia, monseñor Braida señaló: "Es un tema que esta a flor de piel tiene que ser encarado con toda la amplitud que merece, pero con una mirada reparadora y nuevos caminos para que la prevención pueda ser garantizada en adelante". Además, "afecta de modo particular de vida de los jóvenes, ya que ven dañada la confianza en sus referentes".
Por último el prelado argentino manifestó la importancia de que la Iglesia "haya pedido perdón". Sin embargo, y "aun con este dolor, muchos jóvenes piden que la misión de la Iglesia no se detenga, sino que sigamos ocupándonos de todas las realidades humanas de este tiempo, de los más frágiles y de los más pequeños. Que la Iglesia pueda renovar su alegría y entusiasmo por la misión", concluyó.+