Mons. Araya ordenó un nuevo sacerdote de los misionero de la Sociedad San Juan
- 3 de julio, 2024
- Villa Cura Brochero (Córdoba)
El obispo de de Cruz del Eje presidió, el pasado sábado 29 de junio, la ordenación sacerdotal de Patricio Buteler, misionero de la Sociedad San Juan, en el santuario de Villa Cura Brochero.
Un nuevo sacerdote -Patricio Buteler, misionero de la Sociedad San Juan- fue ordenado en la diócesis de Cruz del Eje por el obispo local, monseñor Ricardo Araya, frente a una multitud que colmó el santuario del Cura Brochero, el pasado sábado 29 de junio.
Además de familiares de Buteler, oriundo de San Isidro (provincia de Buenos Aires), asistieron delegaciones de Serrezuela, Córdoba Capital y Pilar (Buenos Aires), localidades donde Patricio fue misionero. También participaron fieles llegados del Uruguay y de los Estados Unidos, donde está presente la Sociedad San Juan.
En su homilía, el prelado agradeció a la sociedad de Vida Apostólica clerical de derecho diocesano San Juan el trabajo pastoral que realizan en la parroquia de Serrezuela -que cuenta con numerosas capillas- y en el complejo penitenciario de la ciudad de Cruz del Eje.
Monseñor Araya insistió en la importancia de la dignidad que da el Bautismo: "La mayor dignidad es la que compartimos todos: la de ser hijos amados por el Padre", identidad que se recibe en la Iglesia, mediante la unción del Espíritu, el día del Bautismo.
Recordando las palabras de San Agustín, el obispo expresó: "En el Pueblo de Dios, toda diferencia ministerial entre nosotros está precedida por la unidad que nos da el Bautismo. Todo don de la gracia está precedido por el don de la unidad y la dignidad bautismales".
En ese sentido, San Agustín explicaba a sus fieles: "Para ustedes, somos como pastores; pero con ustedes, somos ovejas de aquel Pastor, del único Pastor". "A San Agustín, lo que lo llenaba de alegría y gozo era saber que tenía Pastor. A veces, esta verdad pierde fuerza y somos tentados a sacar conclusiones ajenas al corazón de Dios", consideró monseñor Araya.
"Un sacerdote es siempre un hijo llamado a ser padre espiritual de muchos por el anuncio del Evangelio, por la celebración de los sacramentos y por la cercanía del acompañar, paso a paso, el crecimiento en la vida de fe de personas y comunidades", planteó, y añadió, dirigiéndose al ordenando: "El que hace es el Señor, vos serás solo el signo".
En esa línea, consideró: "Tu vida estará llena de estos signos, tu vida será un signo. Estarás diciendo siempre que todo remite a Cristo; que no sos el dueño, ni el propietario de los bienes espirituales. Que Cristo es el Mesías, el Hijo de Dios. Que en Él hay que poner los ojos, que no basta con conocerlo de oídas; que tu vida señala algo que existe por encima de vos, que es infinitamente precioso; que lo tuyo es solo ser un signo que lo hace presente, porque se te ha confiado el ministerio de Cristo".+