Los obispos patagónicos animaron a una Navidad esperanzada
- 18 de diciembre, 2020
- Neuquén (AICA)
Los obispos de la Región Patagonia-Comahue expresaron su cercanía a los fieles con un mensaje navideño inspirado en la encíclica Fratelli Tutti.
En este año particular, e inspirados en la encíclica Fratelli tutti del papa Francisco, los obispos de la Región Patagonia-Comahue enviaron un mensaje de esperanza a los fieles con motivo de la Navidad.
Las palabras de los obispos patagónicos se hacen eco de la esperanza cristiana marcada por el Santo Padre, queriendo “llegar a toda la Patagonia, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, con un mensaje renovador de la esperanza, a través de las palabras del papa Francisco en su última encíclica Fratelli tutti, que significa: Hermanos todos”.
“Como cada año, a fin de año, queremos llegar a cada varón y a cada mujer de nuestra querida Patagonia y este año lo queremos hacer con un mensaje de renovada esperanza. En medio de este año turbulento, nos abrazamos a esta tabla que ha sido Fratelli tutti, del papa Francisco, y desde ahí los queremos alentar y animar”, expresó el obispo auxiliar de Comodoro Rivadavia, monseñor Roberto Álvarez.
El otro obispo auxiliar de Comodoro Rivadavia, monseñor Alejandro Benna, agregó: “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón”.
Monseñor Fernando Croxatto, obispo de Neuquén, por su parte, recordó que “el aislamiento y la cerrazón en uno mismo o en los propios intereses jamás son el camino para devolver esperanza y obrar una renovación, sino que es la cercanía, la cultura del encuentro. Aislamiento, no; cercanía, sí. Enfrentamiento, no; cultura del encuentro, sí”.
“La esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna. Caminemos en esperanza”, pidió el obispo del Alto Valle del Río Negro, monseñor Marcelo Cuenca Revuelta.
“Una gran nobleza es ser capaz de desatar procesos cuyos frutos serán recogidos por otros, con la esperanza puesta en las fuerzas secretas del bien que se siembra. La buena política une el amor a la esperanza”, destacó el obispo de Río Gallegos, monseñor Jorge García Cuerva.
El obispo de Comodoro Rivadavia, monseñor Joaquín Gimeno Lahoz, recordó: “Nunca se debe encasillar al otro por lo que pudo decir o hacer, sino que debe ser considerado por la promesa que lleva dentro de él, promesa que deja siempre un resquicio de esperanza”.
“Las grandes transformaciones no son fabricadas en escritorios o despachos. Entonces, cada uno juega un papel fundamental en un único proyecto creador, para escribir una nueva página de la historia, una página llena de esperanza, llena de paz, llena de reconciliación”, sostuvo el obispo de Viedma, monseñor Esteban María Laxague.
“Invito a la esperanza, que nos habla de una realidad que está enraizada en lo profundo del ser humano, independientemente de las circunstancias concretas y los condicionamientos históricos en que vive”, animó el obispo emérito de Río Gallegos, monseñor Juan Carlos Romanín.
“Y como María, la Madre de Jesús, queremos ser una Iglesia que sirve, que sale de casa, que sale de sus templos, que sale de sus sacristías, para acompañar la vida, sostener la esperanza, ser signo de unidad, para tender puentes, romper muros, sembrar reconciliación”, aseguró monseñor José Slaby CSsR, obispo prelado de Esquel.
“Que nuestro corazón se abra a todos los pueblos y naciones de la tierra, para reconocer el bien y la belleza que sembraste en cada uno, para estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes, de esperanzas compartidas. Amén”, concluyó el obispo de San Carlos de Bariloche, monseñor Juan José Chaparro.+