'La fe no es verdadera si se basa en nuestros prejuicios', advierte el Papa
- 11 de agosto, 2024
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Durante el rezo del Ángelus dominical, el pontífice señaló cuán dañinos pueden ser los prejuicios y el cierre del corazón para el crecimiento espiritual de una persona.
El Papa Francisco invitó, este domingo 11 de agosto, a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus, a no buscar en Dios la confirmación de sus convicciones, sino, por el contrario, a luchar contra las ideas preconcebidas y a mantener la mente abierta.
Reflexionando sobre el Evangelio del día (Jn 6,41-51), recordó que los contemporáneos de Jesús se negaron a creer en su palabra, acerca de que Él había "bajado del cielo".
Como conocían a su padre y a su madre, así como su profesión de carpintero, dudaban de que Dios pudiera manifestarse de una manera tan familiar y ordinaria.
"Se vieron obstaculizados en su fe", dijo el Papa, "por su preconcepción de sus orígenes humildes y la presunción, por tanto, de que no tenían nada que aprender de Él".
Los corazones endurecidos impiden el crecimiento espiritual
El Santo Padre señaló cuán dañinos pueden ser los prejuicios y el cierre del corazón para el crecimiento espiritual de una persona.
Dijo que los contemporáneos de Jesús, como se relata en el Evangelio de Juan, observaban la ley, oraban y ayunaban, añadiendo que realizaban esas prácticas sólo para buscar la confirmación de lo que ya pensaban.
"Esto se demuestra por el hecho de que ni siquiera se molestan en pedirle explicaciones a Jesús", afirmó. "Se limitan a murmurar entre ellos contra Él, como para asegurarse mutuamente de lo que están convencidos, encerrándose como en una fortaleza impenetrable".
Sus corazones endurecidos y sus prejuicios, dijo el Papa, les impiden creer en el Hijo de Dios.
La verdadera fe y la oración abren el corazón, no lo cierran
El Sucesor de Pedro continuó advirtiendo que la misma cerrazón nos puede suceder cuando oramos sólo para encontrar confirmación de nuestras propias convicciones y juicios.
"La verdadera fe y la oración abren la mente y el corazón, no los cierran", afirmó. "Cuando encuentras a una persona que está cerrada en su mente y en su oración, su fe y su oración no son verdaderas".
Francisco concluyó sus reflexiones en el Ángelus, invitando a todos los presentes a preguntarse si eran capaces de estar verdaderamente en silencio ante el Señor y acoger su voz.
"Que María nos ayude a escuchar con fe la voz del Señor y a hacer con valentía su voluntad", expresó finalmente.+