A 140 años de su muerte, la comunidad catamarqueña recordó al beato Esquiú
- 11 de enero, 2023
- El Suncho (Catamarca) (AICA)
"El beato Esquiú ha sido un regalo en el siglo XIX para Catamarca y para todo el país, y sigue siéndolo para nosotros hoy", dijo el obispo Luis Urbanc en la misa celebrada en El Suncho.
Los actos centrales conmemorativos del 140° aniversario del fallecimiento del beato Mamerto Esquiú tuvieron lugar el martes 10 de enero, en la localidad catamarqueña de El Suncho, departamento La Paz (Catamarca).
Las actividades se iniciaron con el viacrucis desde la localidad de Esquiú hasta el paraje lapaceño, donde murió el fraile catamarqueño.
Participaron de este recorrido, que abarcó unos 6 kilómetros, peregrinos a pie, a caballo y en vehículos, provenientes de distintas localidades de la jurisdicción parroquial de San Roque, con sede en Recreo.
A su arribo al predio donde se concentra la devoción al beato Esquiú en la zona, el obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, presidió la misa, concelebrada por los presbíteros Domingo Chaves y Juan Marcos Bello, párroco y vicario parroquial de San Roque, respectivamente; Carlos Rodríguez, párroco de la Inmaculada Concepción, El Alto; Ramón Carabajal, capellán de la catedral basílica y santuario mariano; el sacerdote franciscano Pablo Reartes y el padre Francisco Urbanc, del clero de la arquidiócesis de Tucumán.
En su homilía, monseñor Urbanc dijo que “el beato Esquiú ha sido un regalo para el siglo XIX no sólo en Catamarca sino en todo el país, y sigue siéndolo para nosotros, hoy. Su figura sigue inspirando deseos profundos de ser un verdadero discípulo misionero de Jesús”.
“Nos encontramos en este solar, desde donde él tuvo que hacer su pascua. Hace 140 años atrás dejó este mundo, un mundo que amó entrañablemente, un mundo difícil, complejo, con muchos desafíos, pero él tenía en el centro de su corazón a Jesucristo. Esto es lo grande del beato Mamerto Esquiú, quien se quiso identificar con Jesús. Eso es lo que tenemos que practicar en nuestras vidas”, propuso.
Tras reflexionar sobre el Evangelio proclamado, destacó las virtudes del beato Esquiú, afirmando que “Mamerto fue un hombre austero, se conformó con un sayal franciscano y lo vistió desde niño. Y así, cuando estuvo en Córdoba, se ocupó de los pobres. Toda su vida dedicada a lo esencial, que es Jesús”.
El obispo catamarqueño sostuvo que “cuando pensemos en el beato Esquiú, para quien pedimos que el Señor nos conceda la gracia de la pronta canonización, que esta figura nos entusiasme a amar más a Jesús”.
En este punto, monseñor Urbanc invitó “a leer sus escritos y van a ver que aparece permanentemente la referencia a Jesús”.
Al referirse a la importancia de la Eucaristía en la vida del cristiano, recordó que, “cuando él escribe su carta pastoral a los sacerdotes de Córdoba, habla de la centralidad de la Eucaristía”, haciendo hincapié en la necesidad de la vivencia de Jesús en nuestra vida, a ejemplo suyo.
“No quería la vanagloria”, recordó, agregando que “aquí, en este paraje, entregó su vida a Dios. Vivió y murió pobre”.
Luego de la ceremonia litúrgica, se realizó el acto protocolar, con la participación de autoridades municipales, encabezadas por el intendente de Recreo, Luis Polti, culminando este homenaje al beato Esquiú con la procesión alrededor del predio de El Suncho.+