Jueves 14 de noviembre de 2024

García Helder se despidió de la dirección del DeNaPBi y valoró los frutos de estos años

  • 30 de marzo, 2022
  • Buenos Aires (AICA)
Al despedirse de la dirección del DeNaPBi, Gerardo García Helder hizo un repaso por sus cuatro años al frente del departamento y los frutos que se lleva de esta experiencia.
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El exdirector del Departamento de Animación, Catequesis y Pastoral Bíblica de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Gerardo García Helder, compartió un resumen de lo vivido en los últimos cuatro años. El 25 de marzo asumió el cargo la doctora Verónica Talamé.

En el marco del podcast "Conversaciones", de Lucrecia Casemajor y Juan Pablo Zulli, García Helder fue consultado sobre su recorrido como director del DeNaPBi, y valoró especialmente las amistades que este servicio le deja. A su vez, reconoció: “Sin duda, recibí mucho más de lo que di, y aprendí mucho más de lo que pude enseñar”.

García Helder recordó sus comienzos en 2008, cuando fue convocado para encargarse de la edición de los subsidios, de los que hasta entonces se ocupaba Marcelo Murúa desde Bariloche, cuyo traslado resultaba muy complejo.

Poco a poco, señaló, fue asumiendo otras tareas. En los años 2012 y 2015, los obispos Nicolás Baisi y José Vicente Conejero Gallego, le pidieron que fuera el encargado del departamento.

Cuando comenzó a ser el referente, recordó Gerardo, insistió en la necesidad de tener un reglamento, un estatuto, “algo que nos haga saber claramente nuestras competencias hacia afuera y hacia adentro”. 

“A lo que más le temo siempre es al abuso de poder, porque cuando uno está en un puesto de aparente poder y no tiene claro lo que debe hacer y lo que no, a veces, sin maldad, comete un montón de errores y se sobrepasa en las funciones”, admitió. “Este es uno de los logros de mi gestión: haber conseguido un reglamento que fue trabajado por lo menos por cinco años por todos los miembros de la comisión, fue aprobado por la Conferencia Episcopal y es lo que hoy nos rige”. 

“Yo me voy muy contento, muy feliz, porque quienes vienen se encuentran con un reglamento, un economato, con proyectos y cosas claras que me parecen fundamentales”. 

En cuanto al trabajo de cada región, Gerardo señaló que están articuladas de manera diversa, y que esto se debe tanto al temperamento de cada persona como a las características de cada diócesis. Hay diócesis que no tienen delegados o referentes, reconoció. Sin embargo, consideró que “no es necesario tener biblistas sino animadores, personas comprometidas y enamoradas de la Palabra”. 

En cuanto al trabajo durante la pandemia, García Helder admitió que “nos obligó a meternos en la comunicación virtual y a encontrarnos con lugares a los que no habíamos llegado y sobre todo, que traspasáramos los controles”. 

“Esto me parece que nos ha abierto un montón de horizontes nuevos. Y lo veo ahora en los encuentros que estamos haciendo dentro del ciclo Mujeres en y con la Biblia. Comunidades de religiosas que se conectan juntas y me imagino que después conversarán y reflexionarán juntas. Qué interesante, ¿qué lindo, no?”, consideró.

También alertó sobre el miedo “a no hacer lo que se espera”, y que provoca que siempre se repita lo mismo, “que también es un error”, advirtió. “Siempre se hizo así”, citó el laico. “Entonces yo pregunto: ¿siempre desde cuándo? Porque hay que estudiar la historia de la Iglesia para ver que no siempre fue así. Creo que esto nos va a sacar un poco de miedo”, aconsejó. 

“A mí no me molesta que alguien piense distinto a mí. Lo que sí me molesta es que no se piense y eso me duele porque quiere decir que el miedo sigue gobernando y el miedo no viene de Dios”, sostuvo. 

“Que a uno lo cuestionen o lo hagan ver cosas ayuda a profundizar, a ser más cuidadoso. Esto vino para quedarse, aunque estamos volviendo a la presencialidad, pero estos espacios ya se han instaurado entre nosotros”, valoró.

“En nuestra Iglesia tenemos que ser conscientes de que hay una gran diversidad. Desde el departamento creo que los estamos haciendo, porque justamente, al ser los articuladores regionales la columna vertebral, hace que el pensamiento no salga de las cuatro manzanas de Capital Federal. Todos tiene la misma voz y voto dentro del departamento y hay un gran respeto por esa diversidad”, aseguró.

Gerardo subrayó también la necesidad de salir de la idea de que animación bíblica y pastoral bíblica son lo mismo: “Son dos cosas distintas. La animación bíblica es algo que pertenece a toda la Iglesia. Desde el obispo a cada uno de los bautizados en una diócesis estamos atravesados por la animación bíblica, deben dejarse animar, porque tiene más que ver con la vida. La animación bíblica de la pastoral es un segundo momento. Uno tiene que estar animado bíblicamente, ser discípula o discípula del Señor –que nos va a hablar de mil maneras– pero especialmente a través de las Sagradas Escrituras; uno tiene que estar enamorado de las escrituras, de la Palabra de Salvación, para después testimoniarlo y trasmitirlo en su vida diaria y en la vida pastoral”, explicó.

“La pastoral bíblica tiene que ver con organizar cursos, campañas bíblicas, conseguir traducciones bíblicas para los pueblos originarios o para algunas personas que tienen dificultades visuales, conseguir la Biblia en Braile, buscar buenos precios. Ofrecer todo eso. Eso es la pastoral bíblica. Por eso, cuando armamos el estatuto, le pusimos Departamento Nacional de Animación y Pastoral Bíblica, para poder diferenciar”, aclaró.

Finalmente, afirmó que deja su cargo con alegría y agradeció a Verónica Talamé por asumir el compromiso y por su entusiasmo. Y llamó a volver a descubrir “la mesa de la Eucaristía, la mesa de la Palabra y la mesa fraterna, el ágape”.

“Me quedaría yo, al final de este período de servicio como director, con el recuerdo de la comida de Jesús en el capítulo siete de Lucas, cuando Jesús va a comer a la casa de Simón el fariseo, y llega esta mujer por detrás a lavar los pies de Jesús y Simón de reojo la mira y piensa: ‘Si este fuera un profeta, sabría qué clase de mujer lo está tocando’. Y Jesús le dice al oído: ‘Simón, tengo algo que decirte…’. ‘Di, Maestro’”.

“Entonces yo quisiera que Jesús me dijera: ‘Gerardo, tengo algo que decirte…’ Porque todavía hay gente que está siendo discriminada. Porque todavía hay gente que está siendo dejada de lado. Porque todavía hay gente que no puede venir a mi mesa cuando yo dije ‘tomen y coman todos’. Y yo quisiera decirle: ‘Di, Maestro!’”, reflexionó.+