Primera visita de un papa a la isla francesa de Córcega

Francisco llegó a Ajaccio hoy, 15 de diciembre, para participar del Congreso sobre "La religiosidad popular en el Mediterráneo", durante una estadía de nueve horas.

Un "salto" de 500 kilómetros sobre el Mediterráneo hasta tierras donde ningún Papa había puesto jamás un pie. Se trata, pues, de un trozo de historia que enriquece el mosaico de los viajes apostólicos el que que comenzó esta mañana a las 8.06 cuando, con un ligero retraso, el vuelo del Papa despegó del aeropuerto romano de Fiumicino con destino a la isla francesa de Córcega, adonde llegó a las 8.49 de la mañana.

Luego del arribo, tuvo lugar la bienvenida oficial en el aeropuerto de la isla y, desde ahí, el pontífice se trasladó hasta el "Palais des Congrès et d'Exposition" de Ajaccio.

Se trata de una visita de nueve horas de duración en total, que llevará al Papa Francisco a Ajaccio, la Cité Impériale, capital de la isla, lugar de nacimiento de Napoleón. Entre los compromisos de la jornada, se destaca la presencia del Papa en el Congreso sobre "La religiosidad popular en el Mediterráneo", que contará con la presencia de obispos de Italia, Francia, España y otros países de la zona.

Como parte de una tradición arraigada desde hace años, antes de subir al coche para llegar al aeropuerto romano, Francisco -según informa la Oficina de Prensa del Vaticano- quiso saludar en la Casa Santa Marta a un grupo de unas diez personas sin hogar, acompañado por el limosnero apostólico, cardenal Konrad Krajewski. "Mujeres y hombres -informa el mensaje difundido por Telegram- que encuentran refugio por la noche bajo la columnata de la Plaza de San Pedro".

Los telegramas
El viaje es "para mí la oportunidad de renovar la invitación a considerar el patrimonio religioso-artístico-cultural de las numerosas civilizaciones que dominan el Mare Nostrum, que a pesar de los acontecimientos históricos, han conservado cuidadosamente el patrimonio espiritual transmitido por sus padres en la fe" y, al mismo tiempo, una oportunidad para redescubrir aquellos "valores saludables que han moldeado a hombres y mujeres, para que en el diálogo fructífero entre las religiones, las instituciones políticas y el mundo del conocimiento, el respeto a los propios raíces, la libertad de dar testimonio de las propias creencias y la responsabilidad por el futuro".

Esos son los pensamientos que expresó el Papa en el telegrama enviado al presidente italiano Sergio Mattarella al sobrevolar la península, el cual, por su parte, subrayó que el testimonio de Francisco, "junto a obispos de diversos lugares del Mediterráneo, marcados por los conflictos y el drama de los naufragios de inmigrantes, anima a todos a renovar actitudes de vida fraterna, moderación y apertura al diálogo".+