Jueves 26 de diciembre de 2024

Francisco: combatir la acedia y la pereza con la paciencia de la fe

  • 14 de febrero, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
En la audiencia general semanal, el Papa continuó su ciclo de catequesis sobre las virtudes y los vicios, centrándose en la acedia o pereza que, según dijo, se puede superar con la paciencia de la fe.
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El Papa Francisco continuó este miércoles 14 de febrero, Miércoles de Ceniza, con su ciclo de catequesis sobre el tema de los vicios y las virtudes. Desde el Aula Pablo VI del Vaticano, el pontífice se centró hoy en el vicio de la “acedia”, más comúnmente llamada “pereza”, un “demonio” que busca destruir “la alegría del aquí y ahora”, y que se puede combatir con “la paciencia de la fe”.

Acedia, más que pereza
Francisco comenzó su catequesis precisando que la pereza es “más un efecto que una causa”. “Cuando una persona es ociosa, indolente, apática, decimos que es perezosa”, explicó el obispo de Roma, pero, “como enseña la sabiduría de los antiguos padres del desierto, la raíz es a menudo la acedia, que literalmente significa “falta de cuidado” en griego. Por eso, según Francisco, el término "acedia", aunque menos conocido, es preferible por ser más preciso.

El Papa destacó que la pereza es una tentación muy peligrosa, ya que "todo aquel que la siente comienza a lamentar el paso del tiempo y la juventud que queda irremediablemente detrás de él", y prosiguió: “La persona que es víctima de ese mal está como aplastada por una pulsión de muerte: siente asco por todo, su relación con Dios le parece aburrida, e incluso los actos más santos, aquellos que en el pasado habían calentado su corazón, ahora le parecen completamente inútiles para él”, añadió.

Acedia, un demonio del mediodía
Acedia también se define como un “demonio del mediodía”, que sorprende en pleno día, “cuando el cansancio es máximo y las horas venideras parecen monótonas, imposibles de vivir”. Francisco relató luego la famosa descripción de Evagrius, un monje del siglo IV, que caracterizó esta tentación como “el ojo del perezoso [que] busca continuamente las ventanas (…) Cuando lee, el perezoso a menudo bosteza y se deja conquistar fácilmente por el sueño. En conclusión, el perezoso no realiza con diligencia la obra de Dios”.

Combatir la tristeza apoyándose en la esperanza
Para los lectores contemporáneos, esas descripciones recuerdan "el mal de la depresión, tanto desde el punto de vista psicológico como filosófico", porque, en efecto, para quien sufre la acedia "la vida pierde su sentido, la oración se vuelve aburrida, cada batalla parece carecer de sentido". Entonces, “la ausencia de pensamiento” aparece “como la única salida”, y “es un poco como morir anticipadamente”, subrayó Francisco.

La paciencia de la fe
Para hacer frente a esto, Francisco recordó los remedios previstos por los maestros de espiritualidad, en particular el de “la paciencia de la fe”. “Si, bajo el látigo de la acedia, el deseo del hombre es estar "en otra parte", huir de la realidad, debemos por el contrario tener el coraje de quedarnos y acoger en mi "aquí y ahora", en mi situación tal como es, la presencia de Dios ”, explicó el Papa. 

El “demonio” de la acedia busca destruir “esa simple alegría del aquí y ahora”, y quiere hacer creer a la persona que es víctima que “nada tiene sentido, que uno no vale la pena”.

Una batalla decisiva
Francisco compara luego la acedia con una “batalla decisiva que debe ganarse a toda costa”, tranquilizando a los fieles, precisando que “es una batalla que no ha perdonado ni siquiera a los santos”. “Estos santos nos enseñan a pasar esa 'noche oscura' con paciencia, aceptando la pobreza de la fe”, y recomiendan “tener un menor compromiso, fijarse metas más alcanzables, pero al mismo tiempo resistir, perseverar confiando en Jesús, que nunca nos abandona en la tentación”.

El Papa concluyó recordando que “la fe, atormentada por la prueba de la acedia, no pierde su valor”, sino al contrario, "es la fe verdadera, la fe muy humana, que a pesar de todo, a pesar de la oscuridad que la ciega, todavía cree humildemente".+