Miércoles 25 de diciembre de 2024

Francisco al clero de Marsella: 'Llamados a hacer sentir a la gente la mirada de Jesús'

  • 22 de septiembre, 2023
  • Marsella (Francia) (AICA)
En la basílica Nuestra Señora de la Guardia, el pontífice puso bajo el manto de esa advocación mariana los "Encuentros del Mediterráneo", y pidió clero "difundir la alegría del Evangelio".
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En su primer encuentro con fieles y miembros del clero de Marsella tras su arribo a tierras francesas, el Papa Francisco se dirigió a la basílica santuario Nuestra Señora de la Guardia, donde mantuvo su primer encuentro de oración y prédica con los fieles, sacerdotes, diáconos, seminaristas, superiores locales de las comunidades religiosas de la arquidiócesis, oportunidad en la que también puso bajo el manto de María los frutos de los "Encuentros del Mediterraneo”. 

La ofrenda del Papa a Nuestra Señora de la Guardia
El pontífice ingresó a la basílica y bendijo a los presentes con el agua bendita, símbolo del bautismo, y luego se dirigió hacia el altar central detrás del cual se encuentra la estatua de Nuestra Señora de la Guardia a la que está dedicado el santuario y frente a cuya imagen mantuvo un momento de oración silenciosa. 

Luego del discurso de bienvenida que el cardenal Jean-Marc Aveline dirigió a Francisco, el Papa recordó a "los grandes" que fueron como peregrinos a esta basílica dedicada a Nuestra Señora de la Guardia y afirmó que la exhortación a la confianza y a la alegría, contenida en el pasaje bíblico leído poco antes, remite a la historia de ese templo, “no edificado para recordar un milagro o una aparición mariana, sino porque desde el siglo XIII los fieles han buscado y encontrado en esta colina la presencia del Señor a través de los ojos de su Santa Madre".

"Todavía hoy, 'la buena Madre', es protagonista de un tierno 'cruce de miradas': el de Jesús 'cuyo amor refleja en sus ojos' y el de los hombres y mujeres que ella presenta a Dios", señaló. 

El Obispo de Roma, aseguró que "también nosotros, sacerdotes y consagrados, estamos llamados a hacer sentir a la gente la mirada de Jesús y, al mismo tiempo, llevar a Jesús la mirada de los hermanos. En el primer caso somos instrumentos de misericordia, en el segundo, somos instrumentos de intercesión”.

Que las puertas de las iglesias y del corazón estén siempre abiertas
La mirada de Jesús, subrayó el Papa, “está llena de ternura y a esa ternura estamos llamados también nosotros a transmitirla a los demás”.

"Abramos las puertas de las iglesias y las casas parroquiales, pero sobre todo las del corazón, para mostrar el rostro de nuestro Señor a través de nuestra mansedumbre, amabilidad y hospitalidad. Que cualquiera que se les acerque no encuentre distancias y juicios, sino el testimonio de una humilde alegría, más fructífera que cualquier capacidad ostentosa. Que los heridos de la vida encuentren un puerto seguro en su mirada, un aliento en su abrazo, una caricia en sus manos, capaces de enjugar lágrimas", pidió.

En tanto, recordó a los sacerdotes “la belleza de poder liberar del peso del pecado a tantos hombres y mujeres a través del don del perdón del Señor e iluminar la vida de las personas con los sacramentos y, con su presencia, transmitir la cercanía de Dios”.

"Estén cerca de todos, especialmente de los más frágiles y menos afortunados. Esto significa llevar a los hermanos la mirada de Jesús", agregó.

Y manifestó: "Llevarán con ustedes los ojos, las voces, las preguntas de todos ellos a la mesa eucarística, frente al sagrario o en el silencio de sus habitación, donde el Padre ve. Ustedes serán su eco fiel, como intercesores, como ‘ángeles en la tierra’, mensajeros que llevan todo delante de la gloria del Señor".

Finalmente, refirió: “Queridos hermanos, llevemos a los hermanos la mirada de Dios, llevemos a Dios la sed de los hermanos, difundamos la alegría del Evangelio. Esta es nuestra vida y es increíblemente hermosa, a pesar de los esfuerzos y las caídas. Oremos juntos a la Virgen, que nos acompañe y nos proteja”.+