Jueves 14 de noviembre de 2024

Fallecimiento del sacerdote que fue párroco en Villa Urquiza por 32 años

  • 1 de marzo, 2022
  • Buenos Aires (AICA)
El presbítero Boris Turel, de 91 años, murió en la Clínica San Camilo. Había cumplido 67 años de ministerio. Destacan su vida como sacerdote de consejo y evangelizador de las periferias.
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El presbítero Boris Turel, quien fue durante 32 años párroco de Nuestra Señora del Carmen en el barrio porteño de Villa Urquiza, murió el sábado 26 de febrero a los 91 años en la Clínica San Camilo, donde estaba internado.

Nació el 1° de diciembre de 1930, fue ordenado sacerdote el 18 de septiembre de 1954 y había cumplido 67 años de ejercicio del ministerio.

Los restos del sacerdote fueron recibidos por la tarde en el templo parroquial junto a algunos miembros de la comunidad, con quienes se celebró la misa vespertina. En tanto, el domingo fueron celebradas dos misas en su recuerdo con la participación de la comunidad parroquial, amigos y quienes lo cuidaron este último tiempo. 

A las 9.30, la Eucaristía fue presidida por monseñor Juan Carlos Ares, obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario de la Zona Devoto. A las 11.30, encabezó la misa el arzobispo porteño, cardenal Mario Aurelio Poli, y concelebraron monseñor Enrique Eguía Seguí, vicario general; el párroco actual, presbítero Gustavo Larumbe; el párroco sucesor del padre Boris, presbítero Marcelo Pettinaroli; el vicario parroquial, presbítero Arturo Bas y otros sacerdotes amigos que lo conocieron como seminaristas o colaboradores en ese templo.

En las misas, se destacó el ejemplo del padre Turel como “sacerdote de consejo”, recordando su impecable voz para hablar, que le daba autoridad y dulzura a la vez. Fue un gran evangelizador de las periferias, entre otras acciones, anunciando la Palabra en la televisión (muchos años realizó los cierres de la programación de Canal 11) y en la radio FM Urquiza, en la relación con instituciones y organismos barriales, en particular su vínculo con el Club River Plate. 

Asimismo, se lo recordó por ser un sacerdote de comunión, tanto en el acompañamiento de la comunidad parroquial como en el presbiterio, signo de ello fue el gran cariño que tienen de él quienes lo acompañaron en la parroquia como colaboradores, que tuvieron la oportunidad de compartir la vida diaria. También se lo mencionó como un sacerdote valiente y profético, cuando en la década del 70 sus homilías eran escuchadas con atención, iluminando los tiempos difíciles que se vivían, poniendo en juego su propia vida.

Los restos del padre Turel fueron llevados al Panteón de Cáritas en el Cementerio de la Chacarita y se anunció que más adelante serán cremados para luego depositar sus cenizas en el Cinerario parroquial en una celebración de la que se informará oportunamente día y hora.

La Iglesia de Buenos Aires agradece a Dios “la vida y el ministerio tan fecundo del padre Boris Turel”.+