Miércoles 25 de diciembre de 2024

El Papa pide a los seminaristas: Caridad, Unidad y Fraternidad

  • 28 de marzo, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El ministerio sacerdotal no debe entenderse como un cargo que da prestigio, recordó el pontífice a los seminaristas y a los obispos les pidió trabajar para uniformar y mejorar la formación sacerdotal.
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“La vocación sacerdotal es andar con el Señor, con el amor del Señor. Y cuidado con caer en el arribismo, que es una plaga, una de las formas más feas de mundanalidad que puede haber entre los clérigos”, advirtió el papa Francisco a los obispos, superiores, formadores y seminaristas de Calabria, a los que recibió en el Vaticano este lunes 27 de marzo.

En el encuentro, Francisco elogió a Calabria como "lugar de espiritualidad, con importantes santuarios, santos y ermitaños”. Sin embargo, dijo, “este patrimonio religioso correría el riesgo de quedarse en un hermoso pasado si no seguimos trabajando juntos para promover la evangelización y la educación sacerdotal”. 

Francisco señaló en su discurso que “uno debe preguntarse qué busca en el ministerio sacerdotal, porque a veces sucede que detrás de la apariencia de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia estamos en realidad buscando el honor humano y el bienestar personal, expresó.

“Es muy triste -continuó- ver a sacerdotes que son funcionarios que olvidaron que son pastores del pueblo y se convirtieron en clérigos del Estado” y lamentó: “es malo cuando se pierde el sentido del sacerdocio", advirtiendo de no ver el ministerio sacerdotal como un "santuario" detrás del cual esconderse o "un papel que nos da prestigio en lugar de querer ser pastores con un corazón compasivo y misericordioso.”

Dirigiéndose a los seminaristas les recordó que el seminario “es el momento en que puedes reconciliarte contigo mismo y tienes que preguntarte si, como Jesús, quieres ser signo de la ternura del Padre, lo contrario de la enmascararse, el maquillaje, la apariencia que pertenecía a los oficiales, y no a los pastores del pueblo”.

Hacia un único seminario
Asimismo, el Santo Padre se dirigió a los obispos invitándolos al discernimiento que hoy es más necesario que nunca, “se abrió ante nosotros una nueva estación eclesial, que exige reflexionar también sobre la figura y el ministerio del sacerdote”.

“Ya no podemos pensar en él como un pastor solitario, encerrado en el recinto parroquial; necesitamos aunar esfuerzos y poner en común ideas, para afrontar ciertos retos pastorales que ahora son transversales a todas las Iglesias diocesanas de una Región. Pienso en la evangelización de los jóvenes; en los itinerarios de iniciación cristiana; en la piedad popular, que necesita opciones unitarias inspiradas en el Evangelio; pero pienso también en las exigencias de la caridad y en la promoción de una cultura de la legalidad”.

Al respecto les pidió que “hagan una opción clara sobre la formación sacerdotal”. 

“Orienten -les dijo- todas las energías humanas, espirituales y teológicas hacia un único seminario. No se trata de una opción logística o meramente numérica, sino orientada a madurar juntos una visión eclesial y un horizonte de vida sacerdotal, en lugar de dispersar las fuerzas multiplicando los lugares de formación y manteniendo pequeñas realidades con pocos seminaristas”.

Por ello, el pontífice señaló que necesitamos pequeñas comunidades incluso dentro de un gran seminario o de un seminario a medida humana que sean entonces un reflejo del colegio presbiteral.

“Es un discernimiento que no es fácil de hacer, nada fácil. Pero hay que hacerlo y hay que tomar decisiones al respecto. Roma no les dirá lo que deben hacer, no: porque tienen el carisma. Nosotros damos las ideas, las orientaciones, los consejos, pero ustedes tienen el carisma, tienen el Espíritu Santo para esto. Si Roma empezara a tomar decisiones sería una bofetada al Espíritu Santo, que actúa en las Iglesias particulares”.

Antes de despedirse, el papa Francisco les agradeció por la visita y los animó a ser, para su tierra, fermento del Evangelio y signo vivo de esperanza. Además, los alentó a caminar juntos en el proceso de formación, pero juntos, no aislados en pequeños grupos.+