Miércoles 25 de diciembre de 2024

El 'gesto de humanidad' del Papa al visitar una cárcel de mujeres de Venecia

  • 26 de abril, 2024
  • Venecia (Italia)
Así lo destacó el capellán de la prisión, al asegurar que las reclusas lo esperan con entusiasmo. Será el domingo, en el marco de la visita papal a la Bienal de Arte y al Pabellón de la Santa Sede.
Doná a AICA.org

El domingo 28 de abril, el Papa Francisco estará en Venecia con motivo de la Bienal de Arte y visitará el Pabellón de la Santa Sede, situado en el interior de la cárcel de mujeres que acoge la exposición "Con mis ojos", comisariada por Chiara Parisi y Bruno Racine, y promovida por el prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, cardenal José Tolentino de Mendonça.

La de pasado mañana es considerada una visita importante, ya que es la primera del Papa a Venecia. La participación de la Santa Sede en la bienal comenzó en 2013, gracias a la labor del entonces presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, cardenal Gianfranco Ravasi.

Cuatro reclusas detenidas en medida cautelar se desempeñarán como guías de los visitantes que vayan a descubrir las obras de arte y los espectáculos que depara el Pabellón de la Santa Sede en la Bienal de Arte , que hasta el 24 de noviembre se ambientará en un contexto particular, como es la cárcel de mujeres de la isla de Giudecca.

"Las reclusas están muy contentas de participar en una obra cultural, pero también de relanzar su humanidad", explicó a Vatican News el padre Antonio Biancotto, capellán de la cárcel, y agregó: "Es una apuesta por su humanidad recuperada, tras un período de expiación de la pena. Yo diría, por tanto, que es una experiencia con un alto valor cultural, pero sobre todo humano".

El capellán reveló que las reclusas, además, están muy entusiasmadas por este "sueño increíble" de ver y estar con el Papa.

El tema de esta edición de la Bienal, comisariada por el brasileño Adriano Pedrosa, director artístico del Museo de Arte de San Pablo, es "Extranjeros en todas partes", indicando una condición universal que todos pueden experimentar, especialmente en la cárcel, un lugar adonde uno entra como un forastero y es percibido como tal incluso desde fuera.

"Aquí, las reclusas se sienten huéspedes, lo viven como un lugar de paso antes de volver a sus casas y a sus familias", explicó el capellán, y agregó: "También hay quienes tienen que cumplir una larga condena, tal vez de años y años, de modo que ese sitio también debe percibirse como un poco propio, un espacio donde puedan mejorar y recuperarse".

La exposición del pabellón de la Santa Sede está dedicada a los derechos humanos y a los mundos marginalizados, a las periferias en las que viven los últimos.

"En el caso de las mujeres presas, esto ha supuesto una atención extra a su condición, que es la de quien pasa por esta experiencia carcelaria porque ha cometido un error; pero también es la condición de quien es pobre, y está marginado por nacimiento o por el contexto en el que vive. La mirada sobre la marginación es, sin embargo, un acto de bondad hacia todos los marginados, una oportunidad para ponerlos en el centro de un mundo que normalmente no quiere verlos", puntualizó el sacerdote.

Las internas, además, durante la larga fase de preparación del pabellón, pudieron participar activamente en la realización de las obras de los artistas, algunos de los cuales se inspiraron en sus fotografías, sus poemas o les hicieron participar en coreografías especiales. "Se dejan implicar con alegría", añade el capellán, "porque quieren ser protagonistas de su propia vida y, pronto, de la sociedad que les espera fuera".

El arte en la prisión, una experiencia inmersiva
Llevar el arte a la cárcel es un acto revolucionario, que pretende aportar belleza a un lugar tradicionalmente feo; por otra parte, permite vivir una experiencia muy especial, porque para visitar, por ejemplo, el Pabellón de la Santa Sede en la Giudecca, hay que dejar el vehículo afuera, como en cualquier visita a un centro penitenciario.

"Si dejas fuera la tecnología y todas las superestructuras que la acompañan, como hay que hacer aquí, realmente te dejas llevar por la obra que tienes delante: esta es la forma correcta de situarse ante el arte, en mi opinión", afirmó el sacerdote.

"Las internos están agradecidas al Papa por esta visita, que interpretan como una gentileza hacia ellas por parte de un pontífice que siempre se ha mostrado sensible al mundo penitenciario y con predilección por los últimos", añadió.

"Están muy atentas a estos gestos de humanidad y a este en particular, de que el Papa venga a visitarlas; las hace sentirse parte de esta humanidad por derecho propio. La esperanza es que entonces, tal vez, las puertas de la cárcel puedan abrirse también para algunas de ellas: pensemos en el Jubileo del próximo año, cuando quizás ocurra lo mismo que para el Jubileo de los Presos de 2016, cuando se concedió un indulto, tras la petición del Papa de un acto de clemencia hacia los reclusos", planteó el capellán finalmente.+