Delegación episcopal hace un balance de sus siete años al servicio de las vocaciones
- 2 de noviembre, 2021
- Buenos Aires (AICA)
En un encuentro encabezado por Mons. Alejandro Giorgi, también se trazaron las líneas proyectivas que marcarán el horizonte para los próximos años. Difunden un informe y un mensaje al Pueblo de Dios.
Los miembros del Equipo Federal de Vocaciones (Devoc) se reunieron del 9 al 11 de octubre pasado para discernir certezas, desafíos y orientaciones para esta pastoral específica, oportunidad en la que elaboraron un Informe y un Mensaje al Pueblo de Dios.
Los participantes tomaron como plataforma la reflexión y el trabajo documental que ofreció el VI Encuentro Nacional de Agentes de Pastoral (ENAP 2021), para elaborar un diagnóstico proyectivo sobre la base de las preguntas:
- ¿Cómo evaluamos nuestro trabajo vocacional en estos 7 años?
- ¿Cómo evalúa la Iglesia este trabajo?
- ¿Cuáles son los frutos de nuestra promoción de la "cultura vocacional"?
- ¿Qué instrumentos faltan aplicar en la encarnación de la "cultura vocacional"?
- ¿Qué impacto ha tenido nuestra tarea en las vocaciones específicas?
- ¿Se está despertando una Evangelización en clave vocacional? ¿se vocacionaliza la pastoral?
- ¿Cómo acompañamos la "crisis de vocaciones" y la "crisis del sentido de la vida"?
Monseñor Alejandro Giorgi, obispo auxiliar de Buenos Aires y responsable de la Delegación Episcopal para la Animación Vocacional de la Pastoral, explicó en una carta que el Informe está destinado a obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, consagrados/as y agentes pastorales en general; mientras que el Mensaje al Pueblo de Dios es para la difusión a todo nivel.
“Confiamos a nuestra Madre de Luján y a San José el pasado, presente y futuro de la Pastoral de las Vocaciones en nuestro país, en la certeza de que Dios sigue llamándonos a ser testigos fieles de su Amor hasta el extremo”, concluyó el obispo auxiliar de Buenos Aires.
En el Informe “Un diagnóstico proyectivo de la Pastoral de las Vocaciones en la Argentina”, se considera que los últimos siete años fueron “una oportunidad para ir construyendo el lenguaje de la Pastoral Vocacional” y se hace un recorrido sobre lo actuado desde 2017 hasta 2021.
Apoyados en la metodología del FODA (Fortalezas, Oportunidades, Desafíos y Amenazas) se comenzó a proyectar y soñar -subrayaron- “los pasos a seguir para que nuestra pastoral vocacional sea capaz de realizar propuestas vocacionales concretas”.
Asimismo, trazaron líneas de acción proyectiva divididas en dos grupos: actitudes que deben asumir los agentes de pastoral vocacional y propuestas para poner en práctica, entre ellas convocar a un Año Vocacional bautismal para toda Argentina.
Potenciar la diversidad de carismas
En el Mensaje al Pueblo de Dios, trazan las líneas proyectivas que marcan el horizonte de la pastoral vocacional para los próximos años:
1. Afirmamos el valor complementario de todas las vocaciones para que cada bautizado descubra su propio lugar en la Iglesia y la sociedad.
2. Asumimos una renovada teología vocacional con el anuncio central de que Jesús nos ama y es el Único capaz de ofrecer plenitud y sentido a la vida de todo hombre y mujer de hoy.
3. Reafirmamos el deseo de seguir caminando como Iglesia sinodal en clave vocacional, dando pasos hacia la concreción de proyectos reales de acompañamiento y discernimiento guiados por sólidos itinerarios vocacionales.
4. Deseamos que todos los miembros de comunidades se sientan profundamente comprometidos con la pastoral vocacional y la consolidación de las bases de una cultura vocacional.
5. Debemos ser incansables en proponer el valor de la vida comunitaria, la construcción colectiva, la responsabilidad social. «Nadie se salva solo» nos recuerda el Papa Francisco. Acompañemos la creación de comunidades y facilitemos la participación y el compromiso por el bien común.
6. Invitamos a todos los bautizados, especialmente obispos, sacerdotes, consagrados/as a animarse a realizar una propuesta vocacional explícita, sobre todo dirigida a nuestros jóvenes. No debemos tener miedo de invitar y hacer planteos claros a nivel vocacional. Si no generamos la inquietud, si no agregamos la pregunta vocacional al abanico de opciones de los más jóvenes, corremos el riesgo de que nunca se cuestionen por el proyecto de Dios para sus vidas.
7. Animamos a todos a asumir verdaderamente al mundo como un lugar teológico. Acercarnos y abrir nuestra propuesta vocacional a todos los jóvenes, en todos los ámbitos y clases sociales.
8. Consideramos fundamental acompañar el proyecto de vida de cada joven, teniendo en cuenta su historia, su cultura y su contexto social. En esta tarea los matrimonios y las familias tienen un papel fundamental acompañando a sus hijos en todos los momentos de su vida, con el auxilio de las diferentes instituciones educativas y religiosas.
9. Debemos generar una verdadera cultura vocacional que ofrezca los medios y el espacio necesario para que nuestros jóvenes, adolescentes y niños disciernan y descubran la llamada de Dios, abracen el proyecto que Él tiene para sus vidas y encuentren en las comunidades cristianas hermanos y hermanas cercanos que los acompañen.
10. La pandemia y los nuevos areópagos socio-juveniles, nos exigen acercarnos y estar en aquellos ámbitos donde nuestros jóvenes están presentes y aprovechar las mismas herramientas que ellos utilizan para conectarse y comunicarse. Reconocemos así, que las redes sociales son verdaderas herramientas de promoción vocacional, desde el Evangelio y con la bella tarea de mostrar lo que Dios produce en nosotros.
11. Necesitamos recuperar todos los espacios físicos y humanos que posibiliten el diálogo, la interacción y el protagonismo juvenil: auditorios, eventos artísticos, retiros, encuentros, campamentos vocacionales, charlas, conversatorios con jóvenes, visitas a colegios, horas santas, actividades previas a las ordenaciones, mostrándonos siempre acogedores y alegres junto a nuestros jóvenes.
12. La alegría que generan los ENAP con sus réplicas regionales y diocesanas, nos animan a seguir generando una sensibilidad vocacional que comprometa a todos los bautizados de nuestras comunidades en la promoción vocacional. 13. Finalmente resaltamos la importancia de la vocación bautismal en nuestra Iglesia, por eso animados por el Espíritu Santo, proponemos convocar un Año vocacional bautismal para toda la Argentina, que ayude a todos a comprometerse en la construcción de una verdadera cultura vocacional.
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