Jueves 26 de diciembre de 2024

Catamarca vivió una emotiva fiesta de agradecimiento a la Madre del Valle

  • 8 de septiembre, 2023
  • San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
Cientos de fieles participaron de la tradicional Fiesta de la Protección, a 19 años del terremoto ocurrido en 2004. También se recordó a Fray Mamerto Esquiú a dos años de su beatificación.
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Cientos de catamarqueños participaron de la Fiesta de la Protección y manifestaron su devoción y fervor a la Madre del Valle que los amparó durante el terremoto de 2004. La festividad tradicional fue en el santuario mariano, donde también se celebró el segundo aniversario de la beatificación de Fray Mamerto Esquiú.

La celebración inició con el replique de campanas que, además de recordar aquel momento de la historia provincial, marcó la salida de la imagen cuatro veces centenaria de la Virgen Morena, que fue portada por el obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, acompañada por los sacerdotes del clero diocesano.

Luego, la imagen de esa advocación mariana fue recibida en el Paseo de la Fe por autoridades locales, las fuerzas de seguridad y la feligresía, con pañuelos en alto y la emoción en sus rostros. A los fieles presentes se unieron muchos otros a través de transmisiones en vivo por las redes sociales de la catedral y del obispado, junto con los medios de comunicación locales. 

Luego de ser colocada en el trono festivo, monseñor Urbanc presidió la misa central concelebrada por el vicario general, presbítero Julio Murúa; el rector del santuario mariano, presbítero Gustavo Flores, y un grupo de sacerdotes.

En la homilía, el prelado recordó que en el sismo de 2004 la comunidad catamarqueña recibió la especial protección de la Virgen del Valle. "¡Qué importante es agradecer! ¡Cuánto nos humaniza y nos ayuda para ser humildes y memoriosos!", exclamó.

Monseñor Urbanc citó a varios autores, entre ellos al monje trapense y teólogo Thomas Merton, quien expresaba: "Estar agradecido es reconocer el amor de Dios en todo lo que nos ha dado, y es que nos lo ha dado todo. Cada aliento un obsequio de su amor, cada momento de la existencia es una gracia, ya que trae consigo inmensas gracias de parte de él. De ahí que la gratitud no dé nada por sentado, no se muestre indiferente y esté siempre espabilándose ante una nueva maravilla y a la ponderación de la bondad de Dios. La persona agradecida sabe que Dios es bueno, no porque lo haya oído decir, sino por experiencia. Eso es lo que cambia todo".

“Que nuestro beato Mamerto Esquiú y la Virgen Morena del Valle nos cuiden de los terribles sismos culturales que nos están destruyendo el tejido social, los valores fundantes de la vida humana, la educación, el trabajo, la salud, la dimensión religiosa y trascendente de toda persona humana, la familia, la economía, la política y la casa común, que es la tierra que se nos dio como don y tarea”, exclamó.

Al concluir la celebración eucarística, se realizó la procesión con la imagen de la Virgen del Valle, acompañada por San José y el Beato Mamerto Esquiú, sobre la plaza 25 de Mayo.

Seguidamente, se homenajeó a la Patria con la entonación de las estrofas del Himno Nacional Argentino y el Himno a Catamarca. El obispo destacó la presencia de la Policía de Catamarca, que está cumpliendo 200 años de su creación.

También agradeció a las comunidades parroquiales que peregrinaron desde el interior, entre ellas Nuestra Señora del Rosario, de Paclín; y Santa Ana y San Joaquín, de Miraflores, Capayán, zona del epicentro del sismo; y otras de la capital provincial: San José Obrero y San Pío X.

Finalmente, monseñor Urbanc animó a aceptar el desafío de que el año próximo, cuando se cumplan 20 años del terremoto, “llenemos la plaza con delegaciones de parroquias de los distintos decanatos”.

Luego de la bendición final, los fieles despidieron a la Reina del Valle que volvió al Camarín, donde permanecerá hasta las próximas fiestas de la Inmaculada Concepción en diciembre.+

» Texto completo de la homilía