Buenos Aires: la niñez porteña celebró Pentecostés por decanatos
- 20 de mayo, 2024
- Buenos Aires (AICA)
Esta fiesta infantil tuvo su impronta propia en cada parroquia y estuvieron unidas e inspiradas en el lema: "Espíritu Santo, regalanos la alegría". Organizó la Vicaría de Niños.
La niñez porteña celebró la fiesta de Pentecostés en parroquias de los 20 decanatos en los que está organizada la arquidiócesis de Buenos Aires.
La convocatoria la hizo la Vicaría Arquidiocesana de Niños con el lema “Espíritu Santo, regalanos tu alegría”, inspirado en la carta pastoral del arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva.
El Decanato Devoto de la Vicaría Devoto invitó a la misa y al festejo en la parroquia San Juan Bautista ubicada en Nueva York y Allende, en el corazón de ese barrio porteño.
La misa fue presidida por el párroco, presbítero Gerardo Castellanos y concelebrada por el presbítero Ricardo Aloé, rector del santuario de Nuestra Señora que Desata los Nudos y parroquia San José del Talar.
Muchos niños -que reciben su catequesis que los prepara para la Primera Comunión en parroquias de este Decanato, de entre 7 y 10 años- llegaron con sus gorras y pecheras identificatorias acompañados de catequistas, familiares y amigos.
En la homilía, el padre Castellanos destacó el valor preciado de la alegría. “¿Qué dijo la gente que pasó? Lo escuchamos recién. La gente se llenó de alegría. Jesús acaba de sanar a un señor, había un montón de gente, lo bajaron por el techo y lo pusieron ahí, y Jesús le dijo ‘levantate, agarrá la camilla y andate’. Y el señor después caminaba: empezó a ¡caminar! El señor agarró la camilla y se fue muy alegre porque está presente Dios haciéndonos el bien. La alegría viene de ahí”, señaló.
“Fíjense cómo era que nos hacían decir hoy los catequistas: ‘Espíritu Santo, regalanos la alegría’. Nosotros tenemos alegría por algunas cosas lindas que tenemos: por una golosina, porque ganamos un partido, son alegrías que nos duran un poquito más, un poquito menos pero que después se nos va. Y después otra vez nos aburrimos, estamos tristes… La alegría que nos trae Jesús se va a quedar siempre”, aseguró.
”Jesús le dijo a los discípulos: ‘Yo les voy a dar una alegría que nadie les podrá quitar’. Una alegría del amor de Dios que nos va a amar siempre. No importa lo que pase, siempre nos va a amar. Una alegría que nos hace tener la certeza de que vamos a vivir bien para siempre, ¿sabían eso, no? Cuando uno dice ‘se murió mi abuelo’. Tu abuelo está en el cielo feliz. La está pasando bárbaro. A lo que más miedo nos da, Jesús le ganó. Y si le ganó a eso le puede ganar a cualquier cosa”, agregó.
El sacerdote porteño recordó que la celebración de la fiesta del Espíritu lo que hace “es hacernos acordar en el corazón que esto es lo más grande que tenemos en la vida: el amor de Dios; pero no basta si yo tengo esa alegría en el corazón y me la quedo para mí es medio fulero, ¿no?”.
“Les voy a contar una anécdota. Yo estaba en San Cayetano de Liniers hace muchos años y… La gente va a la fiesta ¿qué día? El 7 de agosto. Venían los periodistas y me decían: ‘padre, ¿por qué viene tanta gente hoy y no vienen el 8 o el 9? ¡No, amigo! La fiesta es con los demás. No tenés que venir cuando hay poca gente. Justamente la fiesta es porque nos reunimos para eso”, explicó.
“Vamos, entonces, a pedirle al Espíritu que venga sobre nosotros… me dijeron que iba a venir alguna gente, recibí un llamado y se cortó… Mientras llegan estas visitas, podemos repasar que nuestro obispo Jorge [García Cuerva] escribió una carta que se llama ‘La revolución de la alegría’, quiere que estemos siempre contentos”, sugirió y contó: “Y una vez, en una charla, le preguntó a la gente ‘¿Jesús resucitó?’. (Los chicos y los adultos responden): ¡Sí! y dijo: ‘Avisale a tu cara’”.
En ese momento le sonó el celular al sacerdote, lo puso en alta voz y se escuchó una conversación con esas “visitas” que estaban esperando. Tras cortar la llamada, las visitas –representadas por cabezudos- llegaron al templo bailando al son de la canción “Qué alegría, qué alegría, olé, olé, olá…”
Los visitantes charlaron con los niños, bailaron y cantaron varias canciones en alabanza al Espíritu Santo. Luego se despidieron y se retomó la misa en el punto del rezo del Credo.
Merienda compartida
Al terminar la misa, con el aporte de varias parroquias del decanato se armó una merienda en el quincho de San Juan Bautista: había panchos, snacks, alfajores, jugos, chocolate y churros.
Esta fiesta infantil se replicó en todos los decanatos de Buenos Aires. Cada una con su propia impronta pero unidos e inspirados en el lema: “Espíritu Santo, regalanos la alegría”.
Fiesta del encuentro y experiencia de Iglesia
El secretario ejecutivo de la Vicaría de Niños, presbítero Iván Dornelles, párroco de Nuestra Señora de la Misericordia de Mataderos, dijo al terminar la jornada festiva: “Estamos muy contentos porque los decanatos prepararon la fiesta de Pentecostés con mucho cariño y dedicación para todos los chicos que respondieron a la convocatoria a participar.
“Fue un verdadero momento de encuentro, una experiencia de Iglesia para las familias, los chicos y los animadores. La frase ‘Espíritu Santo, regalanos la alegría’ nos ayuda a recibir al Espíritu que viene a iluminarnos, a contagiarnos su amor y a darnos fuerza”, agregó.+