Miércoles 25 de diciembre de 2024

Audiencia general: 'Dios perdona todo, perdona siempre, y esto es alegría'

  • 27 de noviembre, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Continuando su catequesis semanal sobre la acción del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia, el Papa Francisco reflexionó sobre la alegría espiritual, uno de los frutos de la Tercera Persona.
Doná a AICA.org

Después de haber reflexionado la semana pasada sobre los dones del Espíritu Santo, el Papa Francisco se detuvo en su catequesis de este miércoles en la alegría que, "si es verdaderamente evangélica, es contagiosa". Durante la última audiencia general antes del tiempo de Adviento, el pontífice llegó a la explanada de San Pedro acompañado por un numeroso grupo de adolescentes, procedentes del Colegio Saint Michel des Batignolles, de París, que se preparan para la Confirmación.

"¡Un poco de algarabía hace bien!", fueron las palabras iniciales de Francisco, al reflexionar sobre la alegría espiritual. De hecho, siempre hay una cooperación entre la acción de Dios y la acción del hombre a tener en cuenta cuando se habla de los frutos del Espíritu. Y el Papa lo dejó claro: "A diferencia de los carismas, que el Espíritu concede a quien quiere y cuando quiere para el bien de la Iglesia, los frutos del Espíritu son el resultado de una colaboración entre gracia y libertad. Esos frutos expresan siempre la creatividad de la persona, en la que la fe obra por medio de la caridad".

La alegría evangélica es contagiosa
Al referirse a la alegría, una dimensión en la que profundiza en su catequesis y que le resulta especialmente entrañable, el Papa citó la encíclica Evangelii gaudium y señaló que esa virtud "se refiere a un sentimiento de plenitud y satisfacción que, sin embargo, no puede asemejarse al que hoy se consume pronto, por un aburrimiento cada vez más generalizado y por estilos de vida acelerados".

"La alegría evangélica, recuerda el pontífice, no sólo no está sometida al inevitable desgaste del tiempo, sino que se multiplica al compartirla con los demás. Y, a diferencia de cualquier otra alegría, puede renovarse cada día y volverse contagiosa". Francisco insistió en este aspecto, añadiendo: "A veces habrá momentos tristes, pero con Jesús hay alegría y paz. La juventud, la salud, la fuerza, el bienestar, las amistades, el amor... duran cien años, pero luego ya no: pasan pronto".

El Evangelio se comunica sin caras largas 
De entrada, el obispo de Roma subrayó que es la "inquietud del corazón" la que lleva a buscar la paz, el amor, la alegría. Y, recordando a san Felipe Neri, que ha pasado a la historia como el "santo de la alegría", añadió: "Tenía tal amor a Dios, que a veces parecía que el corazón le estallaba en el pecho. Su alegría era, en el sentido más pleno, un fruto del Espíritu".

También añadió un rasgo distintivo del santo que lo conformaba plenamente a Jesús: lo perdonaba todo. Y repitió: "Dios perdona todo, perdona siempre, y esto es alegría".

El santo participó en el Jubileo de 1575, que enriqueció con la práctica, mantenida posteriormente, de visitar las Siete Iglesias. Fue, en su tiempo, un verdadero evangelizador a través de la alegría. La palabra "Evangelio" significa buena noticia. "Por eso, no puede comunicarse con caras largas y semblante sombrío, sino con la alegría de quien ha encontrado el tesoro escondido y la perla preciosa", concluyó el Papa.+