Dirigiéndose a la comunidad católica de Luxemburgo, el Papa llamó a la Iglesia a abrazar la hospitalidad, participar en el trabajo misionero y vivir el Evangelio con corazones alegres.
En el primer discurso oficial de su visita de ocho horas a Luxemburgo, Francisco pidió una resolución política de los conflictos y denunció el resurgimiento del nacionalismo y las guerras.
La 46ª visita apostólica prevé siete intervenciones, a lo largo de cuatro días, que finalizarán en Bruselas con la misa de beatificación de la carmelita Ana de Jesús.
Francisco estará a partir del jueves 26 en Luxemburgo y luego en Bélgica. El papel de Europa para el futuro y los temas de la paz, la educación y la ecología están en el centro de la agenda.