El vicario patriarcal maronita presidió una celebración eucarística según el rito de su Iglesia, en la que reiteró la "vergonzosa incapacidad de la comunidad internacional" para silenciar las armas.
La escalada ya causó, en el sur del país, "víctimas y heridos entre los habitantes de la región, así como destrucciones masivas e incendios en espacios verdes por el uso de bombas de fósforo".