En el país escasean productos y servicios de primera necesidad, lo que ocasionó protestas masivas en varias ciudades, pidiendo electricidad, alimentos y libertad.
Organizaciones de la Iglesia expresan solidaridad con el pueblo haitiano y piden a Dios "disponga los corazones, mueva voluntades, para que nuestros hermanos puedan gozar pronto de una vida plena".
Tras los graves incidentes en la capital jujeña, la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa pide "el cese inmediato de toda violencia contra las personas y los bienes públicos y privados"
En un mensaje a días de una nueva marcha ciudadana, exhortan a un diálogo "armónico y civilizado" para instrumentar cambios largamente deseados. También pidieron indulgencia para presos en protestas.