Las organizaciones presentes en el primer Foro Católico por la Paz expresaron su esperanza de que Hiroshima y Nagasaki continúen siendo las últimas ciudades en haber sufrido bombardeos atómicos.
El arzobispo Isao Kikuchi presidió la misa de acción de gracias y, como esos "primeros misioneros", llamó a hacer renacer "la esperanza" en la sociedad actual, que está "envejecida y debilitada".
El sismo del 1° de enero ya ha dejado un mínimo de 48 muertos y 46.000 evacuados.
"El gobierno debería escuchar con humildad las protestas de los habitantes locales, de los pescadores de Asia Oriental, de los isleños del Pacífico", afirman los obispos