La imagen de los jugadores celebrando ocupó la escena tras la obtención del Mundial, pero hubo otra que no pasó desapercibida: la del 10 compartiendo el momento con Antonela y sus hijos en el estadio.
El obispo de Río Gallegos reclamó no olvidar la "situación difícil" que viven 18 millones de argentinos en situación de pobreza, y puso a la Selección Argentina como ejemplo de trabajo en equipo.