"La verdadera riqueza no son los bienes de este mundo, sino ser amados por Dios y aprender a amar como Él", recordó el pontífice, en su reflexión previa a la oración mariana del Ángelus.
Pidió que cesen los ataques contra la población civil y las fuerzas de paz en el Líbano. También exhortó a "no dejar morir de frío a los ucranianos" y se refirió a la situación "dramática" en Haití.
Es lo que les pidió el pontífice a quienes recibirán el birrete cardenalicio en el próximo consistorio del 7 de diciembre, resumido en tres actitudes: "Ojos altos, manos juntas, pies desnudos".
"Adelante con este mensaje de la Virgen, que es toda armonía", expresó, y profundizó: "Armonía entre todos los cristianos, toda la humanidad y también armonía climática".