El obispo invitó a pedirle a la Virgen la esperanza. "Esa esperanza de una madre que quiere el mejor destino para su hijo y, al mismo tiempo, esa caridad que se refleja en cada hermano", puntualizó.
En su reflexión sobre el domingo de la Alegría, el obispo de San Isidro detalló las cosas concretas que hay que hacer para convertirse: aprender a compartir, ser honestos y vivir la verdad.
"Que la inocencia de la Inmaculada nos contagie a todos y nos entusiasme a evangelizar", propuso el obispo sanisidrense, y sugirió "recurrir a la inocencia cuando invade una violencia sin límite".
El obispo de San Isidro definió este período litúrgico como "un tiempo nuevo que invita a alimentar sueños, a preguntarnos sobre el sentido de nuestra vida".