A los hijos de la "amada Siria" nacidos y criados bajo los bombardeos, los traumas y sufrimientos impuestos por una guerra de martirización, que ha durado ocho años. Es a ellos que el papa Francisco dedicó el primer domingo de Adviento, encendiendo durante el Ángelus en la Plaza de San Pedro, una vela como símbolo de "paz en este tiempo de esperanza que lleva a la Navidad y la cercanía a todos los demás países que viven en conflicto".
"En Adviento, no solo vivimos la espera para Navidad; también estamos invitados a despertar la expectativa del glorioso regreso de Cristo, preparándonos para el encuentro final con él con opciones coherentes y valientes", expresó hoy, primer domingo de Adviento, el papa Francisco en sus palabras previas al rezo del Ángelus. El pontífice reflexionó sobre este período litúrgico que nos prepara para el nacimiento de Cristo.
El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, citó dos lemas de San Pablo VI para la Jornada Mundial de la Pa, que consideró "magníficos", para que en este tiempo de Adviento que se inicia renovar el corazón y "poder recrear en nosotros el deseo de construir una verdadera patria de hermanos, una Patria en la que construyamos la paz".
El arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna, lamentó que se privilegien "algunas noticias, de coyuntura secundaria, por sobre la Nueva y gran Noticia de la presencia redentora de Cristo. El mundo necesita ser notificado de esta última". "La exposición del Evangelio, mediante la predicación, se impone como la mayor y única necesidad actual y de todos los tiempos", sostuvo en su sugerencia para la homilía del inicio del tiempo de Adviento.