Se trata de una carmelita descalza que vivió y murió con una sonrisa en los labios. Internada con un cáncer avanzado, permanecía alegre y, al morir, su rostro quedó fijado en un gesto de profunda paz.
El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor Sergio Fenoy, firmó el edicto correspondiente para iniciar el proceso previo a la causa de beatificación y canonización de la religiosa carmelita.