Ante miles de jóvenes que peregrinaron al santuario mariano nacional, el arzobispo de Buenos Aires invitó a pedirle a la Virgen por la unidad: "Es hora de fraternidad, es tiempo de unirnos".
"La Iglesia y el mundo los necesitan como la tierra necesita la lluvia", aseguró el pontífice en la misa de cierre de la JMJ en el Parque Tejo de Lisboa, desbordado por un millón y medio de peregrinos