Participaron unos 400 jóvenes de diferentes países. Fue en el marco de una actividad convocada por el Dicasterio para la Cultura y la Educación, en la que también se escucharon otras experiencias.
El Papa explicó por qué eligió rezar en silencio en el santuario mariano y por qué prefirió hablarle a los jóvenes abiertamente y sin discursos preparados. Aseveró además: "Mi salud está bien".
El avión que lo trasportaba llegó una hora antes, tras partir de la capital portuguesa luego de la despedida en la Base Aérea y de la conversación privada con el presidente del país anfitrión.
Con ese mensaje, Francisco se despidió de quienes colaboraron con los peregrinos durante la JMJ en Lisboa. "Hicieron días inolvidables sin ruido ni protagonismo", valoró.