El pontífice pidió encarecidamente que los civiles "no sean víctimas del conflicto" e invitó a sumarse con el ayuno y la oración a la jornada convocada por la Iglesia de Tierra Santa para el martes.
El patriarca latino de Jerusalén advirtió que habrá muchas más víctimas si no se resuelve el tema de la autodeterminación palestina y el reconocimiento pleno de su propio Estado.
El Papa expresó su cercanía a las familias. "Es tan difícil consolar las lágrimas de una madre", expresó.
El Papa pidió a las autoridades palestinas e israelíes una mayor atención en la búsqueda del diálogo, construyendo una confianza mutua, sin la cual "nunca habrá una solución pacífica en Tierra Santa".