El observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Nueva York, subrayó la importancia de la dignidad humana y los esfuerzos de prevención.
El arzobispo greco-católico advirtió que en las ciudades y pueblos destruidos por los ataques del ejército ruso se ven "imágenes espeluznantes, aterradoras, destinos humanos destrozados".