El pontífice pidió encarecidamente que los civiles "no sean víctimas del conflicto" e invitó a sumarse con el ayuno y la oración a la jornada convocada por la Iglesia de Tierra Santa para el martes.
Luego del rezo del Ángelus, el Santo Padre imploró el cese de los ataques en Ucrania y reclamó la apertura urgente de corredores humanitarios.