Debido a las bajas temperaturas que afectan a Buenos Aires y gran parte del país, la diócesis de Quilmes decidió abrir las puertas de sus iglesias para recibir a las personas en situación de calle. Lo decidieron en la tarde del 4 de julio los obispos diocesanos, monseñor Carlos José Tissera, y su auxiliar, monseñor Marcelo Magni, reunidos con varios sacerdotes de la diócesis.