El papa Francisco presidió esta tarde de la liturgia penitencial, uno de los momentos más intensos de la Cumbre del Vaticano contra el Abuso, que tuvo lugar en la Sala Regia del Palacio Apostólico. El Santo Padre reflexionó sobre la parábola del Padre Misericordioso (hijo pródigo) y ofreció a los 190 participantes una preguntas para realizar un examen de conciencia. Durante la celebración, además, se escuchó el testimonio de varias víctimas de abusos que contaron su historia.