El patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, lamentó la decisión de que la antigua basílica de Chora pase a ser una mezquita.
El Alto Comité para la Fraternidad Humana se manifestó sobre la conversión en mezquita de Santa Sofía, llamando a "evitar cualquier iniciativa que pueda socavar el diálogo interreligioso".
Los obispos estadounidenses instaron al presidente Erdogan a revertir su "decisión innecesaria y dolorosa" y restaurar Hagia Sophia como un lugar de oración y reflexión para todos los pueblos.
El Consejo Mundial de Iglesias, que reúne alrededor de 350 denominaciones cristianas, expresó su decepción y tristeza por la decisión de transformar a Santa Sofía de Estambul en una mezquita.