El obispo, monseñor Fernando Martín Croxatto, animó a seguir testimoniando el kerygma a todo el Pueblo de Dios que allí convive. "Todo en la diócesis debe oler a Jesucristo", expresó.
El obispo de Neuquén reflexionó sobre cómo el orgullo del corazón hace que, aferrados a nuestras ideas y criterios, le cerramos la posibilidad a Dios de que se manifieste como se mostró en Jesús.