Miércoles 25 de diciembre de 2024

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Como Jesús, testigos de la Verdad

Editorial de monseñor José Vicente Conejero Gallego, obispo de Formosa, para el suplemento diocesano "Peregrinamos", órgano de difusión de la diócesis (Agosto de 2022)

Jesús, ante sus discípulos, se define e identifica a sí mismo como la VERDAD (Jn 14,6); promete que cuando venga el Espíritu de la Verdad, él les introducirá en toda la verdad (Jn 16, 13); y también, al gobernador Poncio Pilato le dice que ha sido enviado al mundo para dar testimonio de la Verdad (Jn 18,37). Es por esto, que no debe extrañarnos que nuestro camino de configuración e identificación con Cristo consista precisamente en introducirnos y vivir siempre en toda la verdad. Un rasgo esencial y cualitativo del único Dios verdadero es, por tanto, la VERDAD, atributo común a las tres Personas divinas. Y todo lo que se opone a ella es la mentira, cuyo padre es el demonio (Cf. Jn 8,44).

Después de una notable merma del número de Confirmados en la fe, durante los dos últimos años, a causa de la pandemia, nuestras Comunidades Cristianas vuelven de nuevo, gracias a Dios, a retomar la normalidad como en los años anteriores, con la peculiaridad de que es mayor el número de adultos que se confirman que de adolescentes y jóvenes, razón por la cual es más decisivo el discernimiento y la capacidad de opción, en libertad, del seguimiento a Cristo y a la Iglesia. Así también, constatamos que las dificultades y obstáculos se han convertido en oportunidades para vivir con mayor intensidad la gracia y el compromiso de la adultez cristiana.

¡Cómo no agradecer a Dios las bendiciones recibidas del pasado mes de julio, mes de nuestra Fiesta Patronal Diocesana! Acompañados siempre del ejemplo e intercesión solícita de María, Nuestra Señora del Carmen, quien nos ayuda constantemente, como reconocía el Sr. Nuncio Apostólico Miroslaw, a subir y llegar a Cristo, monte de Salvación!

En este ejemplar de PEREGRINAMOS hacemos memoria agradecida de lo vivido y experimentado por quienes, guiados y conducidos por el Espíritu Santo, procuramos, como Pueblo de Dios, Caminar juntos hacia una Iglesia Sinodal, creciendo en Comunión, Participación y Misión. Nos congratulamos también por la nueva Ordenación Presbiteral y por quienes estos días celebran sus Bodas de Plata Sacerdotales.

El mes de agosto se abre ante nosotros con nuevos sueños y anhelos de creatividad, búsqueda de trabajo genuino y de esfuerzos solidarios, para hacer frente a situaciones de injustas desigualdades, indolencias, conformismos e indiferencias, que impiden una convivencia más humana, gozosa y fraterna de nuestra sociedad.

Celebraremos la fiesta de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo, tan popular entre nosotros. Y de nuevo, María, en el misterio de su gloriosa Asunción en cuerpo y alma a los cielos; misterio, que nos ilumina, y anima a la vez, a la esperanza, a la convicción profunda y al reconocimiento de la victoria y el triunfo final del bien sobre el mal, del amor sobre el egoísmo individualista; y en la octava de esta solemnidad, la Bienaventurada Virgen María, Reina; entre nosotros, su advocación de Nuestra Señora del Puerto, a orillas del Río Paraguay, en Boca Riacho Pilagá.

¡Cuántas realidades para creer, esperar y amar! Sin olvidar nunca, mientras seguimos peregrinando por la vida, que los buenos amigos de Dios, discípulos-misioneros de su Hijo, Jesucristo, debemos ser siempre, como Él y sus Apóstoles: Testigos de la Verdad.

Mons. José Vicente Conejeo Gallego, obispo de Formosa