Jueves 26 de diciembre de 2024

Documentos


"La esperanza no defrauda" (Rm. 5,5)

Carta pastoral de Adviento de monseñor Carlos José Tissera, obispo de Quilmes y de monseñor Eduardo Gonzalo Redondo, obispo auxiliar (7 de diciembre de 2024)

Hermanas y hermanos:

Con estas palabras de San Pablo, “la esperanza no defrauda”, el Papa Francisco nos ha convocado al Gran Jubileo 2025. En nuestra Diócesis de Quilmes recibimos esta convocatoria en medio de nuestro Camino Sinodal y preparándonos para celebrar nuestro propio Jubileo de los 50 años de la Diócesis del año 2026.

El lema para el Año Santo 2025 es: “Peregrinos de la esperanza”. El tiempo de Adviento nos fortalece la esperanza. Ante la proximidad de la Navidad vamos preparando el corazón para recibir al Señor que viene. En las parroquias, capillas, también en los colegios y otras instituciones, se hace referencia a la Navidad organizando el pesebre, disponiendo el tradicional arbolito; en las familias ya vamos pensando cómo juntarnos para celebrar la Nochebuena. En un clima de oración, las comunidades van disponiendo todo para que muchos hermanos puedan participar de las celebraciones de Navidad, Año Nuevo y Reyes.

“La esperanza no defrauda” porque está puesta en Jesús. Lo veremos pobre y humilde recostado en el pesebre, junto a María y José. Un hogar sencillo de Israel; ellos son de los que esperaban al Mesías, confiando en las promesas de los profetas, sufriendo la opresión de los dominadores que los despojaban de todo, pero no de su fe en el Salvador prometido.

Contemplando al Niño Jesús, tan pobre en el pesebre de Belén, contemplamos a nuestros niños. En nuestra Diócesis más del 65 % de niños son pobres. La crisis socioeconómica por la que atravesamos nos duele tremendamente. Nos duele que muchos hogares no puedan tender la mesa como quisieran para la Nochebuena. Nos duele que muchos hayan quedado sin trabajo y que los abuelos estén padeciendo no tener los remedios necesarios para sus tratamientos. Nos duele ver tantos adolescentes y jóvenes expuestos al consumo problemático que ha crecido notablemente en nuestras comunidades y barrios. Nos duele que la mayoría de nuestros niños, adolescentes y jóvenes son pobres. Muchos se sienten defraudados por los dirigentes políticos que ha prometido un cambio para la sociedad, pero que día a día experimentan que es mayor el empobrecimiento y la complicación para vivir dignamente; si hay alguna mejora es para un pequeño sector de mucho poder adquisitivo. La desigualdad en el esfuerzo por salir adelante, desalienta y duele mucho.

“La esperanza no defrauda” Hoy, también nosotros, desde nuestra familia, desde nuestra Comunidad, en la situación que estemos, queremos proclamar con alegría que Jesús nace. Que Dios nunca abandona. Que Él es el Señor de la historia. Que Él nos hace hermanos y nos invita a mirarnos a los ojos y reconocernos hermanos.

“Peregrinos de la esperanza”. En estos años, en nuestra Diócesis de Quilmes, venimos haciendo juntos un camino sinodal. Hubo una actitud que ha sido permanente: escuchar. Escuchar al Espíritu Santo que nos habla en la Palabra de Dios, en la persona del hermano o hermana, y en la escucha de nuestro propio corazón. Eso nos ha permitido dialogar con sinceridad, con respeto, con humildad, con generosidad y coraje. Hemos experimentado que todos tenemos dones muy valiosos que Dios nos regaló a cada uno. Lo hemos sabido poner en común, participando en distintas instancias propuestas en el andar diocesano.

Un signo de esperanza son los encuentros sinodales de cada decanato realizados el año pasado y este año. Destacamos lo bueno de encontrarnos, confraternizar, celebrar juntos la fe, experimentar la “conversación en el Espíritu” y, a partir de ahí, encontrar juntos líneas de acción para nuestra pastoral. Hemos compartido los sueños que tenemos y los deseos de renovación para nuestra Iglesia. Todos acordamos que estamos llamados a vivir profundamente la misión en toda la pastoral. Que los jóvenes requieren nuestra atención comprometida; ir al encuentro de los jóvenes en donde están y hacerlos también protagonistas y hacedores de la Comunión. El trabajo en red y salir al encuentro de las instituciones de nuestros barrios y comunidades, para el servicio del bien común. Estas son las líneas de acción comunes a todas las parroquias de los decanatos.

“Peregrinos de la esperanza” será el lema que nos acompañe este Año Santo 2025.

El 24 de diciembre el Papa Francisco abrirá la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro.

El domingo 29 de diciembre, a las 19 horas abriremos la Puerta Santa en la catedral de Quilmes. Estarán presentes los responsables de las iglesias jubilares de la Diócesis. Todo el Pueblo de la Diócesis de Quilmes está invitado a participar.

Éstas son las Iglesias Jubilares, que cuentan con la Puerta Santa:

Decanato Quilmes Centro: Iglesia Catedral y Parroquia Nuestra Señora de la Guardia.

Decanato Quilmes Oeste I: Parroquia Santuario Nuestra Señora de Lourdes y Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Decanato Quilmes Oeste II: Parroquia San Francisco Solano y Parroquia Santuario San Cayetano.

Decanato de Berazategui: Parroquia de la Sagrada Familia. Parroquia Ntra. Sra. de Luján y Parroquia Santuario San Cayetano.

Decanato Florencio Varela: Parroquia San Juan Bautista. Santuario Nuestra Señora de Schöenstatt. Parroquia Santuario San Cayetano. Casa de Encuentros Santo Cura Brochero. La Carpa Misionera Nuestra Señora de Luján.

Pronto, antes de la Apertura de la Puerta Santa en la catedral, difundiremos una publicación explicando el Año Santo y un subsidio que ayude a organizar las celebraciones y eventos en cada Iglesia Jubilar.

Abramos las puertas a nuestro redentor. Realmente se abre una puerta para nuestras vidas personales y para nuestras comunidades. Este es el signo fuerte para este tiempo. Él viene a traer salvación para el que estaba perdido. Es la luz que brilla en la oscuridad. Es el amor que viene a disipar los odios y los resentimientos. El viene y está presente en los que luchan por la justicia y la paz.

Celebramos el 8 de diciembre a la Inmaculada Concepción, patrona de nuestra diócesis. Ella es la puerta por la que Dios entra y se hace hombre: Jesús. En Él palpamos el inmenso amor misericordioso de Dios. María lo toma en sus brazos y lo ofrece a cada uno de nosotros, para que lo recibamos en cada hermana, en cada hermano en esta Navidad.

Con el Padre Obispo Eduardo, les deseo una hermosa fiesta de la Virgen y una serena preparación de la Navidad.

Con todo afecto, nuestra bendición

Mons. Carlos José Tissera, obispo de Quilmes
Mons. Eduardo Gonzalo Redondo, obispo auxiliar de Quilmes
Quilmes, 7 de diciembre de 2024.