A los fieles y comunidades de la
Iglesia diocesana de San Francisco.
Queridos hermanos y hermanas:
Convocados por el Santo Padre Francisco, nos aprestamos a transitar el Jubileo 2025, cuyo lema es: Peregrinos de la Esperanza.
El papa Francisco abrirá la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en Roma, el próximo 24 de diciembre, dando así por inaugurado este Jubileo ordinario. El 6 de enero de 2026, solemnidad de la Epifanía del Señor, será la clausura con el cierre de la Puerta Santa.
En nuestra diócesis, el Año Jubilar se iniciará el domingo 29 de diciembre a las 20:00 hs con una Eucaristía en la catedral de San Francisco, a la que invito a participar a todas las comunidades y fieles de la diócesis con sus pastores.
Con el parecer favorable del Consejo Presbiteral he determinado que los templos jubilares de nuestra diócesis sean:
En estas “Iglesias jubilares” podemos alcanzar la indulgencia, según lo ha previsto la Iglesia. Como nos recuerda el Santo Padre, la indulgencia es “una gracia jubilar” que “permite descubrir cuán ilimitada es la misericordia de Dios” (Bula)[1]. La Penitenciaría Apostólica ha indicado las normas para ganar la indulgencia plenaria, tanto quienes peregrinen a Roma como en las Iglesias particulares[2].
He sugerido además a los Decanatos que realicen una peregrinación u otro acto piadoso a algunos lugares significativos donde nuestros padres sembraron la fe. Dichos lugares, como también las fechas y la modalidad de estas celebraciones jubilares serán acordadas por cada decanato con el obispo y oportunamente dadas a conocer a los fieles.
De la misma manera, quisiera destacar algunas fechas y lugares significativos para que sean resaltados convenientemente, a saber:
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La peregrinación jubilar es, ante todo, una fuerte experiencia teologal: acrecentar nuestra vida de fe, esperanza y caridad. En otras palabras: que el encuentro con Jesús, el Señor, transfigure nuestra vida con la fuerza de su Espíritu.
Hay dos escenas bíblicas que les propongo para inspirar la mística de ese año jubilar que estamos a punto de transitar. Ambas nos refieren la subida a un monte donde acontece el encuentro con Dios: Moisés en la cumbre del Sinaí y su encuentro con el Dios vivo en la zarza que arde sin consumirse (cf. Ex 3, 1-15); y, en los evangelios, la Transfiguración del Señor que deja ver, por unos instantes, el esplendor de su Verdad a los discípulos (cf. Mt 17, 1-8; Mc 9, 2-8; Lc 9, 28-36).
Para favorecer esta experiencia espiritual, los animo a aprovechar las iniciativas que, entre otros, ha programado para este 2025 el Centro diocesano de espiritualidad “Betania”; como también los aportes para vivir el año litúrgico preparados en la diócesis. Cada parroquia y comunidad cristiana siéntase desafiada a vivir intensamente el Jubileo como experiencia de encuentro con Dios que transfigura nuestras vidas. Toda iniciativa en este sentido, por pequeña y humilde que parezca, tendrá siempre sabor de Evangelio, porque Dios ama revelarse a los pequeños y en condiciones que suelen escapar a los ojos del mundo.
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Como “peregrinos de la Esperanza”, nos disponemos a transitar este Jubileo, en el marco del camino sinodal diocesano que, Dios mediante, nos permitirá celebrar nuestro primer Sínodo diocesano en 2026.
Experimentemos el gusto de ser pueblo de Dios en camino, animado por el Espíritu Santo y llamado a cantar las maravillas del Señor como María y los santos.
Se lo encomendamos al Señor y a su santa Madre.
Con mi bendición.
Mons. Sergio O. Buenanueva, obispo de San Francisco
Notas:
[1] Vale la pena recordar que, según las normas de la Iglesia, “en las iglesias parroquiales se puede, además, ganar una indulgencia plenaria dos veces al año: el día de la fiesta del titular y el 2 de agosto, que se celebra la indulgencia de la "Porciúncula", o en otro día más oportuno que establezca el Ordinario.” (Enchiridion indulgentiarum Norma 15).
[2]https://www.vatican.va/roman_curia/tribunals/apost_penit/documents/rc_penitenzieria-ap_20240513_norme-indulgenza-giubileo2025_sp.html