Miércoles 25 de diciembre de 2024

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Viacrucis Ciudadano 2023

Mensaje de monseñor Hugo Nicolás Barbaro, obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña, durante el Viacrucis Ciudadano (7 de abril de2023

Muchos habrán visto la película de la Pasión del Señor de Mel Gibson, se estrenó hace unos 25 años y sigue siendo actual. Expresa el terrible ensañamiento contra Cristo: escupidas, insultos, burlas, los golpes brutales, los tremendos azotes por los que algunos morían, muchos detalles. También la dura caminata con la cruz, desangrado, y la crueldad de la crucifixión; morían asfixiados por la falta de fuerzas para levantar el propio cuerpo y poder respirar.

San Juan Pablo II vio algunas escenas; su comentario fue: habrá sido más o menos así. Una pintura famosa de un italiano, Tiziano, representa a Jesús con la Cruz a cuestas mirando a los ojos; su mirada es de gran dolor pero de amor, de cariño, de interés. ¡Cómo le dolería el abandono de sus Apóstoles, ver entre la gente a quienes antes lo aplaudían!

Debió haber sido así de cruento; nos mira con interés, con cariño. Todo lo sufrió por vos, por mí. Nos abrió las puertas del Cielo y la posibilidad de una vida santa acá en la tierra; libremente podemos buscar su ayuda para cambiar, para reflejar todo lo bueno que Cristo nos enseñó y ser felices.

¡Cristo murió por nosotros, para que cambie nuestra vida, para que haya paz y felicidad en las familias, en la sociedad! ¿Vamos a seguir cediendo a la mentira, a las críticas, a conflictos familiares, echando culpas, sin capacidad de perdón o de comprensión? Cuántas veces, queriendo defender las propias razones, se sufre y se hace sufrir, y se alegra el diablo que busca que las familias lleguen a ser auténticos infiernos. Pongo un ejemplo: sería un terrible crueldad que los hijos sufran por conflictos en la casa que no les toca resolver y en los que no tienen por qué participar; son para los adultos, entonces a solas, y a los hijos se los cuida, se les da seguridad, cariño, se les exige en lo que corresponde. De lo contrario los destruirían, y me animo a decir que harían llorar mal a la Virgen. Abuelos, ayuden a cuidar a los niños, a los adolescentes. Cuidemos a todos.

¡Cristo murió en la Cruz! Qué pena que haya tantos conflictos en el mundo, en nuestra Patria. Hay problemas que no podemos evitar: un terremoto, una enfermedad que no es esperaba. Pero la mayoría de los conflictos -también en un barrio- los arma el egoísmo, la injusticia en los corazones, la avaricia, la falta de interés por el prójimo: se dejaó a Dios de lado.

¡Cristo murió por nosotros! Dejemos que entre en nuestra vida. Contamos con la gran ayuda de los Sacramentos, de la Eucaristía, de la Confesión. Busquemos a Dios en la oración, cada día. Crucifiquemos lo que no va y dejemos que creza el amor, el amor a Dios y a los demás. Dios cuenta con nosotros para hacer un mundo mejor, más humano, más cristiano.

Ahí está tu Madre; nos lo dijo Jesús desde la Cruz. De la mano de María es más fácil vivir en Cristo, seguirlo, dejar que nos transforme. Nos a encomendamos a Ella.

Cuidemos a las familias, a los hijos, llenarlos de amor, exigirles por supuesto para que salgan muy buenos. Ayúdense unos a otros, también en la fe. Le pedimos a Dios que llene de bendiciones a sus familias, a las de quienes han seguido por radios y redes sociales este Viacrucis. A todos, unidos al Papa, a nuestra Patria, al Chaco, a esta querida ciudad.

Mons. Hugo Nicolás Barbaro, obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña