En la misa de clausura de la Asamblea General del Sínodo de los Obispos, el pontífice recordó que la mayor reforma de la Iglesia es "adorar a Dios y amar a los hermanos con su mismo amor".
El Papa invitó a "seguir rezando por la grave situación en Palestina e Israel". En particular, pidió que se permita la entrada de ayuda humanitaria a Gaza y que se libere a todos los rehenes.
Francisco reflexionó sobre el gran mandamiento de Jesús, sugiriendo que "sólo nos volvemos verdaderamente capaces de amar cuando nos encontramos con Dios, entregándonos a su amor".
Francisco envió sus condolencias por el último tiroteo masivo en Lewiston (Maine), calificándolo de "tragedia indescriptible".