Los obispos agradecieron por la Vida Consagrada

  • 8 de septiembre, 2020
  • Buenos Aires (AICA)
Los obispos argentinos se unieron a la Jornada Nacional de Oración por la Vida Consagrada y agradecieron la presencia y la entrega de los consagrados en las diócesis.

En la Fiesta de la Natividad de la Virgen María, el 8 de septiembre se celebra en la Argentina la Jornada de Oración por la Vida Consagrada. Los obispos saludaron a los consagrados de sus diócesis.

El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Daniel Colombo, saludó a los consagrados y consagradas de la arquidiócesis, y deseó que puedan vivir esta jornada “en toda su dimensión reflexiva y de animación de la propia vocación de amor y de servicio en la Iglesia”.

“En este año tan particular que atravesamos como Humanidad, de tantas preguntas y aflicciones a causa de la virulencia de la pandemia que nos afecta, ustedes, con su entrega apasionada por el Reino de Dios, constituyen una respuesta del Señor al corazón de los hombres”, reconoció. Además, destacó que los distintos carismas enriquecen a la arquidiócesis y “alientan nuestra propia respuesta personal de creyentes y enviados”. 

En ese sentido, los invitó a “seguir construyendo esta comunión pastoral al servicio de los hermanos”. “En la oración contemplativa, en los distintos servicios a la educación y la formación, en la presencia hospitalaria, en la animación misionera de parroquias y capillas de barrios, pueblos y ciudades, en la entrega solidaria en los barrios más pobres, ustedes nos hablan de Dios y nos invitan a seguirlo”, aseguró, rezando especialmente por quienes atraviesan las consecuencias del COVID-19.
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El obispo de Añatuya, monseñor José Luis Corral SVD, consideró que esta fecha “es un reconocimiento a tantos hombres y mujeres que han elegido este modo de seguimiento de Jesús, viviendo en comunidades, haciendo sus votos de pobreza, obediencia y castidad, y en un servicio específico, desde un carisma y una espiritualidad, a la Iglesia”.

Cada uno de los carismas presentes en la diócesis, reconoció el obispo, “brilla con su luz propia, y entre todos hacen un gran mosaico, enfatizando los distintos aspectos del Evangelio, y son una gran riqueza para nuestra Iglesia diocesana”.

“Es un día de Acción de Gracias, de volver a orar por más vocaciones para la Vida Consagrada, reconocer y apreciar su valor, su servicio, su testimonio en medio nuestro”, expresó.

El obispo Castrense, monseñor Santiago Olivera, envió un mensaje en el que renovó su gratitud a los consagrados “por sus vidas que expresan fidelidad a la respuesta generosa al Señor, por quien vale dejar todo, que los llamó a ‘ser solos de Él’”.

“En nuestra Iglesia Particular, cuento con muchos de ustedes, pero también la labor pastoral me ha permitido el contacto con muchos más, y constato -desde la juventud de quienes inician sus años de consagrados hasta quienes llevan muchos años en fidelidad al don recibido- la alegría de saberse llamados por el buen Dios”, afirmó, y pidió a la Virgen que “regale de parte de Dios, a todos los consagrados y consagradas, el don de la fidelidad y la alegría de la perseverancia”.
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El obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecín, envió un mensaje en el que renovó su gratitud a las consagradas y consagrados. Recordó que “todo carisma es un don el Espíritu, atraves de los padres o madres fundadores  (de las congregaciones) para edificar la Iglesia, para servir al Reino de Dios”.

“Esta riqueza embellece nuestra querida Iglesia de Goya y, desde la Iglesia aportan a la construcción del reino” destacó.

El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, deseó un “feliz día de la Vida Consagrada” y expresó: “Qué lindo poder compartir este día en comunidad, poder esta tarde, de forma virtual, compartir la Eucaristía”.

“Gracias por el servicio que prestan a nuestra diócesis”, valoró el prelado, y destacó el camino de encuentro, de diálogo y de discernimiento que realiza la diócesis en sinodalidad. En ese sentido llamó a “cuidarnos para cuidar al frágil, al débil, al sufriente, al que hoy está descartado y no tiene ninguna oportunidad”.

Finalmente, deseó que la Virgen proteja su pobreza, su obediencia y su castidad. “Gracias por su ayuda, por su colaboración y por caminar juntos”, concluyó. 

El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, y su auxiliar, monseñor Darío Quintana OAR, destacaron a quienes entregan su vida a Dios.

“Es una gran alegría saludarlos en el día de la fiesta de la Natividad de la Virgen y decirles de corazón: ¡Feliz día! La felicitación va acompañada de una profunda acción de gracias a Dios y a ustedes, mujeres y varones de la vida consagrada en Mar del Plata, que día a día entregan su vida al Señor para servir a los hermanos”, expresaron.

“Particularmente, este año 2020 en medio de la pandemia y las pandemias, agradecemos el servicio y la animación de personas y familias que realizan con su carisma específico a lo largo y lo ancho de la diócesis”, valoraron. “Es este tiempo, tan apasionante y contradictorio, un espacio propicio donde encontrarnos con nosotros mismos, y reconocer nuestra pertenencia al que nos llamó a vivir con Él y en comunidad de hermanos”, destacaron. 

“¡Muchas gracias por ser testigos de esperanza en medio de las situaciones de dolor y las dificultades que estamos atravesando! Que la Bienaventurada Virgen María les traiga la bendición del Dios Uno y Trino y los acompañe siempre con amor maternal”, desearon.
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El obispo de Merlo-Moreno, monseñor Fernando Carlos Maletti, y su auxiliar, monseñor Oscar Miñarro, destacaron a los consagrados “que son presencia en la diócesis” y agradecieron “por estar entre nosotros”, porque son “un regalo de Dios”. Además, pidieron a la Virgen en este día “que puedan renovar su amor por la Iglesia, su amor por la gente, y así renovar su consagración en medio de nuestro pueblo”. 

El obispo de Rafaela, monseñor Luis Alberto Fernández, dio gracias a Dios por la vida de cada uno de los consagrados. “En este año tan especial por la pandemia que vive la  humanidad, la presencia de ustedes, siempre es en medio de la Iglesia,  un gran signo de esperanza y de vida plena”, destacó.

“Son ustedes queridos Consagrados todos, los que escuchan cada día, dentro de la barca que esta vez es toda la humanidad, el ‘No teman’, el ‘sigan remando Mar Adentro’, porque ustedes conocen bien en quien se confiaron y quien es el timonel”, afirmó.

Finalmente, rezó “para que su entrega y disponibilidad para servir a los hermanos, nos enseñe como lo hacen ustedes, a que cuanto mayor es la prueba en la vida, es más posibilidad de un nuevo amanecer, sueño infinito e inacabable de la Ternura y Misericordia de Dios por la Salvación de los hombres”.+