Mons. Conejero Gallego destacó las tres dimensiones por acentuar en el Jubileo 

  • 14 de enero, 2025
  • Formosa (AICA)
El obispo de Formosa detalló que son la trinitaria, la escatológica y la misionera. Aseguró, además, que ellas están en sintonía plena con los objetivos del ser y del quehacer de la Iglesia Sinodal.

El obispo de Formosa, monseñor José Conejero Gallego, recordó las tres dimensiones que se tendrán presentes y se buscarán acentuar durante este Año Jubilar: la trinitaria, la escatológica y la misionera.

"Como 'Peregrinos de esperanza', siempre en marcha, caminamos juntos hacia la Casa del Padre Dios, para encontrarnos y experimentar su bondad y ternura, su infinita misericordia; gozar de la paz de su Hijo Jesucristo Resucitado y vivir eternamente en el amor, fruto que procede del Espíritu Santo", destacó.

En su editorial mensual en el periódico diocesano Peregrinamos, el obispo formoseño subrayó:  "Anhelamos este encuentro definitivo, y no solamente con el Dios Uno y Trino, sino entrando en comunión con la toda la Iglesia celestial; en primer lugar, con la gloriosa siempre Virgen María, también con el bienaventurado José, los bienaventurados apóstoles, los mártires y todos los santos".

"La dimensión escatológica de la Iglesia no la podemos obviar, sino que hemos de tenerla muy presente, ya que tanto la Iglesia peregrinante como la celestial están llamadas a la unión; y, tanto una como otra, forman la familia única de los hijos de Dios", subrayó.

Monseñor Conejero Gallego planteó que, "si bien la Iglesia celestial vive alabando, bendiciendo y glorificando a Dios; nosotros, los miembros de esta Iglesia peregrinante en la tierra, teniendo puesta nuestra mirada en los bienes celestiales, debemos aún ser misioneros". 

"Tenemos la tarea de anunciar la Buena Noticia de la paz a todos los pueblos y naciones del mundo, evangelizando integralmente; es decir, siendo testigos de Jesús Resucitado, amando, sirviendo y dignificando a toda persona humana. En concreto, nuestra misión consiste, ahora, en imitar el ejemplo de Cristo, siguiendo sus huellas, y pasar por este mundo como Él, haciendo el bien", sostuvo.

"Además, este triple acento a impregnar en el Año Santo Jubilar 2025 está en plena sintonía con los objetivos del ser y el quehacer de la Iglesia Sinodal, en la que nos encontramos; a saber: fortalecer la comunión con Dios y con los hermanos, el llamado a una participación consciente y activa en los designios de Dios, conforme a los dones recibidos por el Espíritu Santo, y a ejercer la misión evangelizadora de la Iglesia hasta los confines de la tierra, para la gloria de Dios y la paz y felicidad de todas sus creaturas", contextualizó.

Por último, monseñor Conejero Gallego propuso agradecer a Dios Padre "el don de la vida" y pedir su bendición, para obtener "la Vida en abundancia y en plenitud, que nos vienen por medio de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, y la paz y la alegría, frutos del Espíritu Santo; sin olvidar la intercesión de Santa María, Madre Dios, de san José y de todos los ángeles y santos", concluyó.+