Urbe et Orbi: el Papa llama a afrontar con esperanza los conflictos de la actualidad
- 25 de diciembre, 2024
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Pidió, nuevamente, que callen las armas en Tierra Santa e hizo hincapié en Gaza, donde "la situación humanitaria es gravísima". También, que se condonen las deudas que gravan a los países más pobres.
Al impartir la bendición Urbi et Orbi desde la logia central de la basílica de San Pedro, el Papa Francisco repasó este miércoles los temas de actualidad y, en el marco del Año Jubilar, hizo un llamamiento especial a afrontar con esperanza las guerras y conflictos que sacuden al mundo.
El pontífice puso especial énfasis en los acontecimientos en la Franja de Gaza, donde "la situación humanitaria es gravísima", y expresó su deseo de que el Año Santo sea la ocasión para "perdonar las deudas, especialmente aquellas que gravan a los países más pobres".
"Que callen las armas en Oriente Medio. Con los ojos fijos en la cuna de Belén, dirijo mi pensamiento a las comunidades cristianas de Israel y Palestina, en particular a las de Gaza, donde la situación humanitaria es gravísima", puntualizó, y pidió "que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se ayude a la población extenuada por el hambre y la guerra".
A causa de la ofensiva israelí sobre varios países de la zona, Francisco recordó, una vez más, que lleva "en el corazón también a la comunidad cristiana del Líbano, sobre todo a los habitantes del sur, y a la de Siria, en este momento tan delicado".
"Que se abran las puertas del diálogo y de la paz en toda la región, lacerada por el conflicto. Y quiero recordar aquí también al pueblo libio, animándolo a buscar soluciones que permitan la reconciliación nacional", precisó.
En su enésima referencia a la guerra en Ucrania, el Papa también pidió que "callen las armas" en la "martirizada" nación europea, a la vez que reclamó "que se tenga la audacia de abrir la puerta a las negociaciones, y a los gestos de diálogo y de encuentro, para llegar a una paz justa y duradera".
Francisco deseó que haya "un tiempo de esperanza para las familias de miles de niños que están muriendo a causa de la epidemia de sarampión en la República Democrática del Congo, así como para las poblaciones del oriente de ese país y las de Burkina Faso, de Malí, de Níger y de Mozambique".
"La crisis humanitaria que las golpea está causada principalmente por conflictos armados y por la plaga del terrorismo, y se agrava por los efectos devastadores del cambio climático, que provoca la pérdida de vidas humanas y el desplazamiento de millones de personas. Pienso también en las poblaciones de los países del Cuerno de África, para los que imploro los dones de la paz, la concordia y la fraternidad", recordó.
En otro momento de su mensaje, el Papa reclamó a la comunidad internacional que se favorezca "el acceso de la población civil de Sudán a las ayudas humanitarias y que se pongan en marcha nuevas negociaciones allí, con el propósito de un alto el fuego". Los habitantes de Myanmar, país visitado por el Papa en 2017, también estuvieron entre los destinatarios de sus deseos navideños.
Latinoamérica, siempre presente
En relación con Latinoamérica, como suele hacer en toda Navidad y en las fiestas de Pascua, el pontífice llegado del "fin del mundo" pidió que haya inspiración en "las autoridades políticas" de la región, con el fin de encontrar lo antes posible soluciones eficaces en la verdad y la justicia, para promover la armonía social, en particular en Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua".
Francisco pidió también que, en el llamado 'Continente de la Esperanza', "se trabaje, especialmente durante este Año jubilar, para edificar el bien común y redescubrir la dignidad de cada persona, superando las divisiones políticas".
En medio de las polarizaciones que marcan la nueva era de la política mundial, cruzada por la IA y las redes sociales, Francisco pidió también "que el Jubileo sea ocasión para derribar todos los muros de separación: los ideológicos, que tantas veces marcan la vida política, y los materiales, como la división que afecta desde hace ya cincuenta años a la isla de Chipre y que ha lacerado allí el tejido humano y social".
Sacralidad de la vida
El Papa recordó también "la sacralidad de cada vida" y pidió por el respeto de "los valores fundamentales de la familia humana".
También incluyó en sus deseos a "los más frágiles", a "todos los niños que sufren por la guerra y el hambre" y a "los ancianos, obligados muchas veces a vivir en condiciones de soledad y abandono".
Por último, y en el marco del Año Jubilar, el Papa subrayó que la esperanza "nunca defrauda" y que espera a "cuantos han perdido la propia casa o huyen de su tierra, tratando de encontrar un refugio seguro".
la esperanza "espera a cuantos han perdido o no encuentran trabajo; espera a los encarcelados que, a pesar de todo, siguen siendo hijos de Dios; espera a cuantos son perseguidos por su fe", concluyó.+